Su hijo secreto, su vergüenza pública
guerra. Se creía intocable, escondida en su
ver la verdad con mis propios ojos, para escucharla de sus propias bocas
ba: un servicio de limpieza al que se le pagaba una tarifa mensual fija sorprendentemente baja. Una empresa que probablemente pagaba mal a sus trabajadores. Encontré su sitio web y el nombre del ge
con otras tres mujeres. Llevaba un uniforme azul sencillo, una gorra de béisbo
aspecto cansado llamada María,
te principal. Rápido. A la señora
habían construido aquí. En la mesita de noche había un marco de plata. Contenía una foto de Iván y Krystal el día de su boda. No estaban casados oficialmente,
en un pony. Krystal e Iván riendo en un barco. Mi padre, Ricardo Montemayor, un renombrado arquitecto, había diseñado esta casa. M
, limpiando las encimeras. Ma
osa. Parecen una f
piró, sin
Montemayor... está aquí más que en su propia casa. Le enseñó
ñarme nada. Le había rogado que me enseñara caligrafía, su pasión, pero siem
emayor?", pregunté
ndo con la cabeza. "Le trae joyas nuevas cada semana. Dice que
la verdadera hija que había pasado
me giré para salir de la cocina, oí el sonido de un coche
sorbitados por el pánico. "¡Rápido, escóndete! ¡En
se abría. Me pegué a los estantes, mi corazón latiendo contra mis costill
taba l
quería e
l, acariciándole el pelo. "Papi te com
Krystal, su rostro grabado con preocupación. "¿
. "Solo cansada. Es difícil, Iván. Fingir todo el t
tó la res
jo a Krystal a sus bra
Una vez que se complete la nueva fusión, ya no necesitaré las conexiones de su familia. Termin
tes?", sus
timo. "Tú y Leo son todo mi mundo. Eliana... el
tapa
amienta que estaba usando. Un arreglo temporal hasta que consiguiera lo que querí
rganta. Tenía toda la prueba que necesitaba. Tenía las fotos, los estad
illo. Me deslicé fuera de la despensa, le di un silencioso agradecimiento a una
hacer una llamada telefónica. Me vio. Sus ojos se entrecerraron, un destello de reconocimie
tó. "¿Qué sigues
lleando. No podía dejar que viera mi cara. Todavía