Casada por venganza
tamento. Martina estaba de pie junto a la ventana, mirando hacia la calle, pero sin ver nada en absoluto. Su
quebrada por la angustia, parecía una sentenc
rvando el nombre que aparecía en la parte superior: Felipe Navarro. Un nombre que no solo sona
cia. La única razón por la que ahora él se encontraba al otro lado de la línea, ofreciendo un acuerdo tan... ex
eso significaba. Su madre esperaba una respuesta, y la amenaza de pe
palabras flotando en el aire mientras la de
cisco, pero hay algo que pediría a cambio. No te lo puedo
ontraba en un punto de no retorno. No importaba lo que ella hiciera, si no conseguía el dinero y la i
e sus hombros. No había vuelta atrás. Miró una vez más el teléfono, la llamada
ano y deslizó el dedo so
o con la voz un
z de Felipe se hizo presente, f
o. -Su tono no era amistoso, pero tampoco cruel, era
rta comenzaba a aterrizar en su mente, y aunque no lo dijera
era detenerlas. No había emoción en su voz, solo una re
Durante unos segundos, el silencio
más como una declaración que como una reacción
prender realmente lo que acababa de hacer. Su corazón latía desbocado, y su
pieza más en su juego de poder, era la única salida que tenía. Pero no podía pensar en eso ahora. No podía
la sacó de su trance. Era Francisco. Su her
Su voz llena de esperanza hizo
nando hacia él. Sonrió débilmente, aunque el pes
pe. -La frase salió con más d
un momento, no supo qué decir. Finalm
ad? -preguntó con una suavi
ron una sonrisa, sus ojos traicionaban el terror
en una oscuridad de la que tal vez nunca podría salir. Pero si su