El Cíclo de Nuestro Destino Deplorable
e ruedas en un callejón oscuro frente al lujoso edificio de apartamentos, con la mirada fija en la entrada. Después de lo que parec
ía de algo que Mateo le decía. Él la tomó del brazo con delicadeza, y entraron
olpeó con la fuerza de un impacto físico, dejándola sin aliento, con un dolor agu
s no respondían. Se quedó paralizada, observando cómo la puerta se cerraba detrás
juntos, se repetía en su mente una y otra vez. Cada recuerdo feliz que tenía con Mateo ahora estaba
a no se movió. Se sentía vacía, hueca, un cascarón aba
rados y su nombre siendo gritado con pánico.
puesto por la angustia. Corrió hac
staba buscándote como loco, me dijeron
s hombros, pero Sofía lo apartó
falta de cuidados y el impacto emocional, se rindió. T
ital. Mateo estaba arrodillado junto
a su mano. "No sé qué viste, no sé qué piensas, pero n
ándose de una forma que nunca lo
con una devoción desesperada, el que la había cuidado día y noche, el que era capaz de arrodillarse y llorar por el
hombre. Y esa verd
llozo, escapó de sus labios. La dualidad de todo era tan
dándole la espalda. No quería
favor, hábla
ncio se convirtió en su única arma, su único refugio. Mateo se quedó allí, arrodillad