El Cíclo de Nuestro Destino Deplorable
o. Insistieron en que, aunque Sofía estaba en el hospital, debían celebrar. Mat
extraña, con el rostro perfectamente maquillado y un vestido elegante que caía de forma extraña sobre
Mateo la empujó hacia el centro de la habitación, do
ra besarla. Por un instante, bajo las luces cálidas y los rostros so
iva en su hombro. "Eres mía, Sofía. Siempre serás mía," d
ientes insegura por... ya sabes," dijo, mirando hacia sus piernas cubiertas
al mismo tiempo. Justo cuando Sofía iba
presión cambió por completo. Se levantó brus
baja pero urgente. "¿Es
era una máscara de preocupación. "Lo siento, mi amo
Sofía, aunque ya
stente que se quede contigo y te lleve de vuelta a tu habitac
rente y se marchó a toda prisa, dejando a Sofía sola
una esquina. Sacó su tableta, sus dedos t
ba de ser publicada, ha
je que me sentía mal. Está aquí conmigo ahora, abrazándome. Me dice que soy su únic
un ruido sordo. El mundo a su alrededor se desvaneció, los
vuelta a su habitación, Sofía le dijo con u
ta Sofía, el señor Mateo dio ór
ella. "O le diré a Mateo q
a un lujoso apartamento en las afueras de la ciudad, la "prisi
de entrar sin su autorización. Esp
teo lo había c
na excusa de trabajo. Y cada vez, el blog de Ximena se actualizaba con detalles íntimos d
. Con una determinación helada, se las arregló para salir del hospital sin ser vista. Tomó un taxi y le dio al condu
curidad. Quería verlo con sus propios ojos.