Mi Tercera Boda: La Elección Final
ándose. Se fue, pero sentí su conflicto. Dejó una botella de agua justo fuera de la puerta del sótano,
sacó de mis pensamientos. Estaba temblando, su cuerpo convul
ozo de la falda de mi vestido de novia y traté de presionar la herida en su pi
o no pensaba en mí. Pensaba en El León. Tenía que llegar. Tenía que saberlo. Mi matrimonio con él n
urar cosas sin sentido. Mi propia cabeza se sentía ligera,
"¡Necesitamos un médico! ¡Si él muere,
la garganta, hasta que
a luz de la lámpara me cegó. Era Emilio. Su ropa
ego a mí. Su expresi
calma. "Pensé que eras m
e supliqué. "Emilio,
biendo exactamente lo que se mer
a misma sensación de impotencia, la misma oscuridad, la misma frialda
yé contra la pared, tratando de conservar la poca energía que m
huesos." Se agachó a mi lado, su voz bajó a un susurro conspirador. "Pero puedo ayudarte, Fina. Solo a ti. Dim
nvuelto en seda. Miré
me quedaba en la boca y
a por una furia pura. Levantó la mano p
presurados en las escaleras. Un sicario de Emilio apareció
n, tiene que venir! ¡Es..