EL Aborto No Es Accidente
las palabras de Mateo a Elena se grabaron en mi mente. "Nuestro bebé". La forma en que lo dijo, con una intimidad posesiva, me revolvió el estómago. E
e indicó que estaba profundamente dormido, me levanté. Mis movimientos eran lentos, pesados, pero mi
ría de fotos, el corazón martilleándome contra las costillas. Estaba llena de imágenes de bebés. Cientos de fotos, organizadas en una carpeta oculta. Eran fotos de un niño
pantalla, viendo a mi bebé sonreír, dormir, ser sostenido en brazos de... Elena. Elena aparecía
cumple tres meses. ¡El amor de mi vida!", decía una publicación. "Agotada pero feliz. La vida de mamá es la mejor chamba del mundo", decía otra, junto a una foto d
ena, naciste para ser madre!", "Guillermo debe estar en las nubes." Guillermo, el esposo de
ateo y Elena. Eran una mezcla nausea
s vitaminas. Leo necesita un he
completamente controlada. Ricardo
aquí para ver a Leo dar sus primeras pataditas... oh, espera, eso lo ve
aremos la manera de deshacernos de ella y de Guille
sus palabras de mi sistema. Lo había visto todo. La prueba irrefutable de su conspiración. Con manos temblorosas, reenvié las fotos, las cap
sentía como un animal en un laboratorio, observada, monitoreada, drogada. Los guardias que Mateo había
n una expresión solemne. Ricardo estaba de
tá creciendo muy rápido. Demasiado rápido. El doctor cree que podría haber riesgos si esperamos hasta el final.
o una gran fiesta para presentar "a su nuevo hijo" en sociedad. La fecha de la
ñal, una negación. Pero él simp
, la sumisión era mi mejor disfraz. "Ha
que lo entenderías. Eres la m
discusión entre ellos en el pasillo. Esta vez, l
¡Necesita al menos dos semanas más! ¿Qué le diremos a los neonatólogos? ¿Cómo justif
lampsia, lo que sea. Ya te pagué suficiente para que soluciones estos problemas
ético. Es
en el que estás gracias a mí. Harás lo que te digo, o te juro qu
finitiva. Escuché los pasos de Ricardo a
sola, pero tenía la verdad de mi lado. Fui al baño y me miré en el espejo. La mujer asustada había
sión matutina. Los guardias le permitieron
z baja, asegurándome de
jos llenos de una
ía,
. "Sé que no tiene opción. Pe
irando nerviosamen
ieres qu
, mi voz firme y clara. "Nec
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