EL Aborto No Es Accidente
iencia silenciosa, cambiando las bolsas de suero y revisando los monitores que pitaban a un ritmo constante, un sonido que se había convertido en la ban
co de la herida emocional, mucho más profunda y devastadora. Yo, Sofía, una cerami
a ser reconfortante, pero que a mí me resultaba casi opresiva. Sus ojos, normalmente llenos
una caricia ensayada. "Saldremos de esto j
rfecto, el empresario exitoso que adoraba a su esposa artista. En las reuniones sociales, su mano nunca dejaba mi cintura, sus elogios hacia
mencionando a su mejor amigo, el médico que me había atendi
vacías y gestos de compasión que no llegaban a tocarme. Mateo se encargó de todo, manejando las llamadas, las visitas de
y estrellas permanecía con la puerta cerrada, un monumento a un futuro que ya no existiría. Mateo la vació una noche, mientras yo dormía bajo el efecto de
entando encontrar consuelo en la arcilla, pero mis manos se sentían torpes, incapaces de crear. Mateo fue paciente. Me traía flores, me ll
me dijo que quería que
sofá de la sala. "Pero nuestro amor es más grande que cualquier tragedia.
uerpo aún recordaba el traum
lista. El Dr. Ricardo
amente estás recuperada. Que no hay razón para no intentarlo. É
extremos, de un embarazo sin estrés, de que él se encargaría de absolutamente todo. Y
ató a una enfermera a domicilio, me prohibió trabajar en el taller y llenó la casa de libros sobre maternidad
dentro. Bajé a la cocina por un vaso de agua y escuché voces en el estudio de Mateo.
su voz tensa, irreconocible. "Su cuerpo no se había recupe
puede esperar más," respondió Mateo, su tono frío
ganta. ¿Elena? ¿Su prima? ¿Qué te
i la pierde a ella o al
o se estiró, cargado de un
te hijo para asegurar su posición con Guillermo y su familia. Ya lo perdimos una vez, no volverá a pasar. Tú te encargarás de que, pase lo que pase, el bebé
rmol. El sonido fue ensordecedor en el silencio de la noche. Me tapé la bo
Y este bebé, el que crecía dentro de mí, no era para nosotros. Era para Elena. Yo no era una espo
era un monstruo. Y yo estaba atrapada en su telaraña, llevando en mi vientre el fruto de su traición más cruel. El dolor d
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