Ecos de un amor traicionado
naba en la mesa de la cocina, y el eco de esa llamada resonaba en mi cabeza como si fuera ayer.
el proyecto! ¡Voy a la mina de S
mi mente. Donde tu padre desapareció. Donde lo secuestraron y lo
odo México, que su padre estaría feliz de verla seguir sus pasos. Esa misma noche, el cártel que controlaba esa mina ilegal la sile
caliente. El sol de la mañana entraba por la misma ven
rdo. Estaba suc
me paralizó. Era una segunda oportunidad, un milagro retorcido na
ado con la misma alegría devastadora de la ú
go noticias
a música
compañía! ¡El proyecto de la
de que pudiera responder, el teléfono de la casa sonó. Camila contestó, su voz
quier señal, cualquier sombra. P
igar la zona la semana que viene. Por fin p
a por teléfono me pareció genuina. Hoy, su voz a través de
ena, pero sus palabras carecían de verdadera pre
a, la compañía se en
ró hacia mí, su sonrisa v
asa? ¿No está
-dije, mi voz apen
? Es la oportun
roso. Ese
van a matar". Me tomaría por loc
su esposo Javier entraron sin tocar, co
-exclamó Elena, abrazand
lo de triunfo. Javier, siempre silencioso y observador,
muy contenta -dijo
-respondió Camila, tratand
. Sacó su celular y, mientras fingía buscar algo, le dijo a
i se vaya a San Lorenzo la próxima semana. Deberíamos invitar
ltrando la información a propó
mí. Me lancé hacia ella, inten
uién le estás dic
e pasa! -gritó Elena, ap
miró, ho
Ma
, su cuerpo era una barrera. Me agarró lo
s haciendo una escena. E
molestaba en ocultar. Me empujó hacia atrás, haciéndome tropezar. Caí contra la s
i hija, la estaba entregando. Y yo era la ú