La Sustituta No Perdonará
arto, vio a un equipo de decoradores entrando y saliendo de la habitación principal, cargando rollos de tapiz
tarde, los vio paseando por el jardín. Ricardo le señalaba las flores que a ella no le gustaban, prometiendo arrancarlas y plantar sus favoritas. Incluso lo vio entrar a la c
casa. El dolor agudo de la noche anterior se había transformado en una claridad frí
mansión. Era su único refugio. Allí guardaba sus bocetos, sus telas y, lo más importante, un maniquí antiguo que había p
ió sin previo aviso. Era Isabella. Llevaba puesto uno
juegas a ser diseñadora?". Sus ojos se posaron en el maniquí. "Qué cosa tan v
l antiguo guardapelo que colgaba del cuello de la figura, un
examinándolo. "Demasiado bu
su voz temblando de ira po
He oído que eres muy buena arrodillándote. Arrodíllate y pídeme per
sangre hirviendo en sus venas. Ver la sonrisa cruel de Isabella
lágrimas nublando su visión. "
tió Isabella, su voz
sabella soltó una carcajada y arrojó el guardapelo con fuerza contra la pared. El delicado metal se abolló y la cadena
pero era demasiado tarde. En el forcejeo, Isabella tropezó con una caj
justo cuando Ricardo entraba corriendo
iquí roto. No preguntó qué había pasado. No le dio a Sofía la oport
corriendo al lado de Isabel
"Solo vine a ver sus diseños
ó el maniquí de mi abuela!"
en el tobillo supuestamente herido de Isabella y
o que has hecho". Agarró a Sofía bruscamente del brazo y la arrastró fuera del estudio, bajando por
e aprendas a comportarte",
do incontrolablemente. El frío penetraba sus huesos, pero no era nada comparado con el frío que sentía en su corazón. En la oscuridad, rodeada de botellas de vino de cosechas que valían una fortuna, recordó la