Hilos del Destino
de silencios largos, ya no se escondía detrás de las puertas ni evitaba el contacto con los adultos. Su risa, aún tímida, había comenzado a
cocina, sentado en una de las banqu
tos hoy? -pregunt
onrisa breve, y luego
arte a hacer
ntenido, sino porque era la primera vez que él se of
ndió ella, ocultando
e lograba no dejar cáscaras dentro del bol, y él sonreía, enrojeciendo apenas. Había una
o? -dijo Leo, mientra
sup
que me acariciaba el cabello has
ndos. El corazón le dio un
omo un sueño
asin
bas ahí. Me dio gusto q
asó los dedos por el c
os saben cosas qu
ltaba reconfortante. No sabía por qué, pero con Cel
on un rompecabezas, Adam regresó temprano del trabajo.
guntó Celine, al
Su tono era distante-. Necesito tomar una
pacho y cerró la
ido. Luego, sin decir nada, se levantó sigilosamente y se ace
cuchaba la voz de A
hagas de él. No quiero que esté cerca. Haz l
ogido con fuerza. Sintió un frío recorriéndole la espalda. Sus piernas
sillo, y algo en su expresión
é pasó? ¿
su cuarto y cerró la puerta con fuerza. Luego, corrió hacia l
ó tras él,
iño, ¿me de
o resp
a la puerta, el cor
te molestó? ¿T
enc
ácil confiar, Leo. Pero
ía cómo deshacer. ¿Por qué Adam diría eso? ¿Por qué querría alejarlo? Tal vez nunca había sido sincero.
la frente e
o, hasta que quieras hablar. Puedes tardar lo
uién podía confiar... pero algo en su corazón le decía que esa voz, suav