Atada al Ceo
asa como si el dem
temblaban sob
i había pasado un semáforo en rojo o si había
uería
ería hu
de mis padres, el nudo en mi
ref
e aún podía fingir
ciegas, con la vista nublada
enas había cruzado el umbral cuando escu
uve en
girarme para s
su auto deportivo me
ía que
nente, tan salvaje, que p
é lent
con la misma arrogancia con l
a, la corbata floja alrededor del cuello y
to, y su mandíbula tensa marcab
dos como la tormenta,
fuera a invadir mi espacio, como s
xplotó den
sangre me herv
itirle irrump
í?! -espeté con la voz ro
ordaba, me quem
los bolsillos de su pantalón, como si la furia
z fue baja, pero firme. Tan
con a
qué? ¿De tu nueva vida con Amanda? ¿O de cómo piensas obligarme a ser tu
íbula s
cruzó su mirada,
z fue áspera, fría, sin rastr
o me recorri
a hablando de un mal negocio en lugar
n miedo, con los ojos e
la tienes, Kendell. Puedes renunciar a la herencia, puede
se estr
ón se volvió
espetó, acercándose más, hasta que su pecho casi rozaba
e, cargada de r
miserias! -grité, furiosa-. Tú solo quiere
se oscu
brusco, su mano
e firme, per
a que sintiera el calo
veneno-. ¿Qué diablos te importa si me quedo o n
caliente ro
r el aroma de su colonia, mezcla
que alguna vez me
irecto a
ba con respiraciones
a mirada-. Puedes quedarte con todo, yo no quiero nada de
evemente, pero su rostro
asi
a? -susurró c
iente chocó co
escendiero
o entero
, mi corazón galo
murmuré, pero mi voz
bla
nces,
tencia. S
aron contra los
colisión viole
ándome contra él, como si no pudiera
yo
lo e
o ap
o de
e lo
ba con la mis
oca con hambre, con ra
rpo re
raron a su camisa, aferrándose a su pecho, arrugando
oda la frustración y con toda la
duros, demanda
irando de él, y un gemido invo
se separó
taban nubla
entrecortada, p
gundos, jadeando como dos a
ía y bajaba
o tam
palabra más, d
ale
en s
temblando, con los labios