Atada al Ceo
estaba
frente a mí ahora yacía sobre la mesa, con mi firma
entonces me s
tisfacción de ver el temblor de mis manos. No quería que notara cómo mi pecho subía
Mi espalda se deslizó lentamente contra la madera hasta que
éndose en la herida. Las lágrimas brotaron sin control, corriendo por mis
co
indiferencia. Cinco años resignándome a
ya no
l. Caminé hasta el baño y abrí el grifo del agua fría. Me lavé el rostro con furia, como si pudiera
ista, mi reflejo me
enroj
tembl
a mujer rota, p
si necesitara escucharm
tro con lentitud, como si al hacerlo pudiera
a queda
sus habitaciones vacías, ya no m
elegido para parecer la esposa perfecta. Ropa que había usado para complacerlo. Me d
dor, joyas costosas. Todo terminó s
levarme na
par de jeans desgastados, una blusa blanca sencilla, mis zapa
me en la sombra de
nos documentos, mi neceser, y las pocas cosas que realmente eran mías. El r
que, irónicamente, todavía no había cambiado. 010
importantes. No quería su dinero, pero tamp
la maleta, la puert
-su voz grave me alc
lví. No
e
e movió, pero la tensión en el aire
con frialdad. Su voz
eír. Me giré desp
no te
uria se acumulaba en su mirada gris. Pero
? -soltó con una risa seca, i
e golpearon co
. Con todo el despre
rápido porque no quiero
acia mí, tan cerca que pude sentir su
provoqu
a implícita, per
n
té, alzando la ba
violencia. Vi cómo sus m
ue iba a sujetarme de
, como si intentara descifrar si mi det
tirte. -susurr
r
amarga, s
rante cinco año
ado y caminé hacia la puerta. Sentí su mira
r el salón sin mirar las fotos enmarcadas, las alfomb
olpeó el rostro. Inhalé con fuerza, como si
iré
ería
a record
encendí y salí de allí s
a un
renac
zo de mi nuev