¿Raptada o protegida? La obsesión del mafioso
an B
10:
r favor, dígame q
a mí, visiblemente alterada. Llevaba dos horas lidiando con la obstinación
ha... sé buena chica -dije con una sonrisa ladeada, tendiéndole la mano como si
cabeza, clarame
o pueda hacer eso -susurró, jugando nerviosa c
ierdas mi tiempo. Y dile a mi madre que no pienso atend
l ventanal y dejé que la vista de Milán me distrajera por un instante. Tener
s de esa fachada estaba el verdadero yo: un mafioso de 28 años, despiadado, adicto
ueño de los Bianchi era verme con un heredero. Hijo único, el legado dependía de mí. Pero podían esperar s
l desastre del último cargamento perdido y me dejé caer e
estás despedida! -la voz de m
lo suplico, no me obligue a desobedecerlo -rogaba Sacha, con un temblor
resignación y me incorporé. Lo sabía. La tormenta apenas c
con su melena rubia perfectamente peinada, sus ojos verdes centelleantes y ese labial ro
ito una maldita cita para ver a mi
deos, y lancé una mirada a Sacha-. Mi pobre secretaria ya
umbre familiar, y ella, sin perder el porte, se acomodó en una de las sillas
ha -ordené con una son
rfectamente lo que le esperaba una vez mi madre se fuera: la haría inclinarse sobre el escritor
riendo -dijo mi madre, arrastr
lté un suspiro mientr
han sido tres años de agonía... Ya
-dijo, con ese tono dramá
ene eso ah
esa nostalgia manipuladora que usaba como un arma silenciosa. Int
era sin ver cumplido su mayor deseo? ¿S
él, no pienso casarme con Dolores. Es que solo de pensar en ella me da... -hice una mueca de
sa mujer merece respeto, y
ré una prometida más... adecuada -me levanté y caminé hacia ella con paso fir
mi teléfono. Al ver el identificador en la pantalla, supe que no podía ignora
no? ¿Qu
Encontramos al traidor... pero no vino so
gre abandona
é dij
Y trae al menos cuarenta hombres cont
as retumbando en mi cabeza. Mi madre me observab
bien,
n permiso, Loren -respondí, inclinándome para besarle
or favor... hijo,
nada de que hablar madre. A
se como si el suelo ardiera bajo mis pies. Atravesé el edificio hasta lle
o -le dije
ado... -intentó ra
a sonrisa tor
iento del copiloto, tenemos que movernos. Me fa
s un segundo, resigna
na droga. Nos lanzamos al asfalto, devorando el camino. Las calles estaban saturadas de gente que, sin saberlo, desperdiciaban su e
*
RE
a mi padre, y tú tampoco vas a pedírselo a tu hermano. El día que d
varios meses de renta, la nevera está vacía. Estamos en el peor punto de nuestra vida. Terminaste la ca
azaban. Me convertí en abogada con la esperanza de hacer lo correcto, de tomar el camino difíc
e juro, amor, que saldremos de esta. No neces
soporto seguir trabajando como un simple mesero mientras
destino, nuestras familias, el sistema. Sólo nos teníamo
ilos, ¿sí? Voy a pensar en una solución. Veré cómo conse
as fuerzas que me quedaban. No quería seguir peleando, no otra vez. Ya había soportado suficientes impulsos suyos, pero esta vez estaba cruz
una estupidez. ¡No debíamos retroceder! ¡No así! Estábamos juntos en esto... éramos un equipo. No podía permitir
es algo que esté en discu
.. espera, amo
terminar
ándome del momento. Me giré instintivamente, y en es
Sentí cómo el suelo desaparecía bajo mis pies y mi cuerpo era lanzado sin control, como si hubiera sido arrancado de la
o un trueno, implacable y definitivo. No hubo tiempo de escapar, ni de gritar. Solo sentígo...
o se de
ndo mi conciencia en una oscuridad espesa, absoluta. El tiempo se detuvo, y el silencio,
s? ¿Después de tanto luchar, iba a term
acabaría mi vi