¿Raptada o protegida? La obsesión del mafioso
ta Alondra H
en su cuerpo musculoso, en su elegancia, y también en su cabello rubio oscuro. Perder la memoria se había c
idos? -Le pregunté, sin dejar de mirar
ra . Fue amor a primera vista -Sonrió. -Todavía recuerdo
é, aún más desconcertada. Iba a casarme co
acercó a la camilla y extendió la mano hacia mí. Dudé por un mome
cual me causó algo de nervios. Tragué el nudo que tenía en la garganta y me mordí el l
ó sus ojos y su
roceso para ayudarte a recu
e momento no tenía otra opción; estaba amnésica. ¿A dónde podría ir? ¿C
ivo? -Le
nstalaste en un pequeño departamento, pero nuestro amor fu
de Norman me
tos? -Le pregunté, sonrojada. ¿Cómo sería dorm
rmimos
zada por no poder recordar nada. Supongo que d
es huérfana; tu familia murió en un acciden
ía más en la frustración. ¿Cómo era posible
recuerdes. Por cierto, el doctor ya te dio el
iré a t
ro q
rman Bianchi, me causaba escalofríos. ¡Maldita sea! ¿Dormir a su lado? ¿Me besaría o me tocaría?
go, es que estoy viviendo algo espeluznante, me siento confundida y no sé q
erá nada entre nosotros que tú no desees, todo es cuestión de tiempo. Lo único que debo decir es que te
Quería soltarla y escapar, pero por extraño que pareciera, también sentía un impulso de quedarme junto a él.
tan perdida, no sé qué de lo que me dices es verdad. Necesito
ío. Me ponía muy nerviosa. Si realmente él era mi prometido, probablemente me volvería loca,
ti es perfecto. Tus labios, tus facciones... ¡Eres fascinante! -Norman se acercó más, y
lara como si fuera la pr
ias,
puedas volver a tra
us dedos por mis labios, recorriéndolos hasta la comisura. En mi estómago s
iendo que su dedo rozara más sua
es del accidente, me be
, tartamudeando, in
bios. Era normal que lo hiciera, siendo mi prometido. Su aliento cálido,
esara, y justo cuando pensé que sus labios chocar
é, completamen
erar a que recuperes tus sentimientos por mí,
liva, intentando pr
nas de probar esos labios. Al final, no recordaba nada, y necesi
o. Se ajustó los pliegues de su
ero por besarte, por sentirte. Va a
hay cosas que no podemos controlar y que afectan a los demás, pero aquí estaba mi prometido, lleno de esperanza, espera
ifícil todo esto, creo que más que para ti, al menos -mi voz se quebró-. A
ió mostrando sus perfectos dient
va a estar bien. Vas a recuperar todos tus recuerdos, y lo q
cía un modelo de televisión, aunque yo no tenía nada que envidiarle a ninguna otra mujer, porque estaba conforme con mi propio cuerpo. S
os hecho carne, y me estaba invitando a participar en un juego
dulidad y, sobre todo, miedo. No sab
unada por tener un prometido como él, tan perfecto. Si así de impresionante se veía
me dio un beso en la mejilla, permitiéndome sentir el contacto de su rostro
esar por ti. Mañana temprano volveré para llevarte a casa. Mejora p
espondí casi
eso en la mejilla. ¡Maldita sea!
rfume amaderado en el aire. Recosté mi cabeza sobre la almohada, intentando