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PROTEGIDA POR EL DON

PROTEGIDA POR EL DON

Autor: Atena S
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Capítulo 1 El callejón

Palabras:2303    |    Actualizado en: 22/03/2025

o 1: El

s: el de la elegancia y el de la oscuridad. En los barrios iluminados, la vida nocturna vibraba con risas y co

corazón aún latiéndole con fuerz

untar por él, Carla. No d

años, su madre se había negado a decirle la verdad sobre su padre. ¿Por qué tanto

e. Sacó un cigarro y lo enc

iro de humo la

escuchó

ejido

se tensó a

ella, en el suelo

o, aunque desarreglado, era de alta costura. Su cam

ng

escalofrío rec

y bajaba de forma errática. Su mandíbula estaba apr

s la impactó f

uad

s, letras que parecían contar u

le gritaba que huyera. Per

igó a

.. ¿est

rir los ojos. Eran oscuro

su voz rota por el dolor-.

va. ¿Quién diabl

los bolsillos del hombre hasta dar con su teléfono. La pantalla estaba mancha

rc

os veces antes de que un

nde

oca, pero su voz

e herido... dij

enc

n tono m

ién

contré en un callejón.

ldijo en

direcci

dedor y tartamudeó e

z minutos.

mada s

min

ombre herido. Diez minut

tocó la mejilla suavemente. Estaba suda

con una voz más firme de lo que espera

na sombra de arrogancia brilló en

fácil de mat

ante ese tono de voz, bajo y peligro

rias veces, su cuer

olo un poco-. No se duerm

un suspiro pesad

mand

trecerró

ese y

n motor interr

os faros iluminaron a Carla y al hombre herido c

él salió un hombre alto, vestido

an

a figura en el suelo

ntras se arrodillaba junto a

ido apenas pu

spu

mandíbula y desvió

én es

or. No le gustó la forma en que la miró, co

ontró -susurró

o se

que algo acab

la al

¡No,

es de que pudiera correr, una mano fuerte la su

erró tras ella, compr

re su vida normal y un mundo d

res sangraban en c

de mirada tormentosa acab

corría las calles de Palermo deberían haberla tranquili

a atr

eada. Sus manos temblaban, su respiración

jo, con la voz má

e del traje, ni

ir a nin

Fabrizio. Aún estaba pálido, su camisa manchada de sangre, pero había algo

estuviera b

de árboles oscuros que se mecían con el viento. Cuando las grandes rejas de hi

tro m

nzó por un camino de piedra que llevaba a una enorme m

bajó primero, luego abrió la puerta y, con una f

éve

, sintiendo que cada paso que d

ujo: mármol, arañas de cristal, arte en las paredes. Pero había

dio tiempo de

donde te

uerta y la m

itación

anal con cortinas de seda, un baño privado y una cama que par

aquí -espetó Carla

a había cerra

errojo girando, tambi

staba a

desp

sentado en el borde de la cama, abrazándose a sí m

.. todo lo que había pasado parecía

e abrió de golpe,

o entró

el cuello, su piel aún pálida, pero con menos rastros de dolor.

ruzándose de brazos con el m

so de pie d

igió, su voz temblando un

mento. Sus ojos negros la estudiaron,

ro darte l

era bajo

tió un es

-. ¿Me secuestran y ahora dice

tó una car

me deshacer

pali

tamente hacia Franco, su mi

N

a. Pero el aire en

frunció

era. No sabemos si po

Fabrizio, sin levantar la

que siguió

mbres, su pecho subiend

intiendo su rabia ganar terreno sobre

vó por un momento

pu

trecerró

r qu

más cerca, y ella c

a tu vida co

ó su pulso

estás h

pondió él, su voz tan tranquila que resultaba escalof

gó con l

é nada. No sé quién eres, ni qué

ladeó l

í. Y en este mundo,

quedaron suspend

todo su cuerpo se

e de mund

nuó Fabrizio, con un tono cas

pretó l

qu

omo si su respuesta

enes o

nudo formarse

a atr

simple h

ego del que n

on sus tatuajes y su mirada de to

a aceptar esto. No podía quedarse allí, encerrada en

s, impenetrables. Fríos. Como si ya hubiera tomado u

ó el nudo en su

enzaron a rodar

-susurró, su v

frunció

ó los puños

sé nada de ti, no diré nada...

a carcajada baj

aso, jefe. Sie

jos empañados solo est

o sup

resp

la

a, Fabrizio Antonucci sinti

o reconocía, algo que lo

ed

por su vida, ni por la gue

do de v

as cayendo por su rostro mientras lo mirab

o t

os un momento, respir

ra

onfianza lo mi

la a s

que siguió

odía creer lo

o, reaccionó con

¿estás

fulminó co

ero mantenl

tragó

lengua, claramente

o qu

rada de él y la clavó

neutra-. Pero si algo llega

tió un es

ra de decirlo, que la hizo pregun

le imp

querí

a, eso era

reso a Palermo

la mantenía las manos entrelazadas sobre su regazo, los nudillos blancos

o habí

resonaba en su mente: "Si algo ll

y una promesa

su edificio, Carla sintió su coraz

enó Franco,

rápidamente. Pero cuando dio un paso

s hacer nad

encontró mirándola c

quiere

ó él-. Fabrizio dijo que te

escalofrío recor

rro y se inclinó sobre

sueños,

có y desaparec

ngelada en su lugar, hasta

con el ceño frunci

arla se detuvo

taba con

entrecerr

y no con

r en silencio -m

elajó un poco, aunque aún

z avísame, ¿sí

iendo que su pecho aún e

tuviera en casa,

ía que Fabrizio Antonucci aú

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1 Capítulo 1 El callejón2 Capítulo 2 Un Secreto Peligroso3 Capítulo 3 Una Propuesta Peligrosa4 Capítulo 4 Sin Escapatoria5 Capítulo 5 Un Nuevo Día, Un Nuevo Juego6 Capítulo 6 Su mujer7 Capítulo 7 Sin salida8 Capítulo 8 El juego de esposos9 Capítulo 9 La propuesta10 Capítulo 10 Acostumbrándose a él11 Capítulo 11 ¿Qué siento por ella 12 Capítulo 12 Hasta cuándo te resistirás, esposa13 Capítulo 13 Decisiones inesperadas14 Capítulo 14 Entre secretos y traiciones15 Capítulo 15 La Cuenta Regresiva16 Capítulo 16 La Larga Caída17 Capítulo 17 La Alianza18 Capítulo 18 La Boda19 Capítulo 19 La Celebración20 Capítulo 20 Entre el miedo y el deseo21 Capítulo 21 La noche en que todo cambia22 Capítulo 22 Verdades al Amanecer23 Capítulo 23 Entre la Verdad y el Miedo24 Capítulo 24 Entre Amigas y Secretos25 Capítulo 25 La Revelación Inesperada26 Capítulo 26 Despertar Entre Sombras27 Capítulo 27 El Peligro Acecha28 Capítulo 28 La Duda y la Verdad29 Capítulo 29 Frío como el hielo30 Capítulo 30 Negocios y Sombras del Pasado31 Capítulo 31 Humo y Silencios32 Capítulo 32 Pacto de Sangre33 Capítulo 33 Bajo su control34 Capítulo 34 La furia de Fabrizio35 Capítulo 35 Perdón y promesas36 Capítulo 36 La verdad revelada37 Capítulo 37 Amore mio38 Capítulo 38 La venganza39 Capítulo 39 Completamente tuya40 Capítulo 40 Herido41 Capítulo 41 El precio de la traición42 Capítulo 42 La Marca de la Venganza43 Capítulo 43 Golpe de Advertencia44 Capítulo 44 Ecos del Pasado45 Capítulo 45 Sombras en la Noche46 Capítulo 46 Advertencias en la Oscuridad47 Capítulo 47 La verdad desvelada48 Capítulo 48 Redención en la Oscuridad49 Capítulo 49 El Juego Comienza50 Capítulo 50 El precio de la victoria51 Capítulo 51 La evolución de Fabrizio52 Capítulo 52 Sombras nuevas en el tablero53 Capítulo 53 El precio de la lealtad54 Capítulo 54 Mi bella esposa55 Capítulo 55 Las piezas del tablero56 Capítulo 56 La caída de Sartori57 Capítulo 57 Un nuevo comienzo58 Capítulo 58 La amenaza invisible59 Capítulo 59 Marcada como mía60 Capítulo 60 El precio de la libertad61 Capítulo 61 El juego de las sombras62 Capítulo 62 La Caída de Ricardo63 Capítulo 63 Declaración de guerra64 Capítulo 64 Golpe a la distribución65 Capítulo 65 Una jaula de oro66 Capítulo 66 En la boca del lobo67 Capítulo 67 Cazador en la oscuridad68 Capítulo 68 Un día para nosotros69 Capítulo 69 Dudas en la oscuridad70 Capítulo 70 El cumpleaños de Carla71 Capítulo 71 El peso del pasado72 Capítulo 72 La fiesta termina, pero la noche continúa73 Capítulo 73 Es lo que soy, amore74 Capítulo 74 Entre guerra y caricias75 Capítulo 75 El infierno en el puerto76 Capítulo 76 Sangre en la costa77 Capítulo 77 Un látido entre nosotros78 Capítulo 78 – El brindis por la vida-79 Capítulo 79 Epílogo – Donde empieza la verdadera historia