Una Excusa Perfecta Para Amar
Da
e, no puedo evitar imaginar que todo mi esfuerzo habrá sido en vano s
tardes que cociné para que cenara y degustara mis platillos, tres años d
lo. Sé muy bien que el médico te ha realizado dif
ojos y sonrió, aquella sonrisa que gri
lerta a todos. -indicó-. A este viejo le queda recorrido. -ag
eguro? -p
o de la propiedad. Enseguida las puertas se abren dando paso a mi hermano
udando al abuelo y luego posando su mirada
papá. -
como si no me bastase con lo agobiada que me siento ahora mismo, Adán ingresa llenando con su presencia todo el lugar. Me o
el motivo de citarlos en mi casa y también que muchos esperan que les confiese alg
en beber uno de los vas
se, abuelo. -comentó-. Victoria dejó un vacío en nuestros corazo
de uno serio a uno molesto, seguramente s
ue a mí respecta, ella siempre será bienvenida si decide
hicieras esto, abuel
¿Crees que compartir un pastel con tus empleados y un triste té con tu vi
ado de la habitación, me estremecí de pensar en los problemas que esto me ocasi
regalos, dejando en evidencia que todo esto había sido p
vestido de diseñador o con un gran viaje, ¿Verdad? -preguntaron alguna
ostentoso. -respondí sonrien
n poco de mí y comenzaron
n su matrimonio, solo aceptó porque los encon
ermana y que él sigue perdidamente
alguien para quitarle el n
scucharlas, necesito aire fresco, siento que
n Adán porque a él siempre se le ve solo a donde
, eso implica que Brandon, Victoria o mis padres han abierto su boca y confesado esa cruda verdad,
randon acercándose por mi
ágrimas para
regunté resp
personas que me desean mal, pero eso solo pasa en mis sueños, porque p
empre fue
i misma. -indicó riéndose-. ¿En qué cabeza cabe hacer una fie
. -respondí sintiendo las lágrimas al b
opacar la felicidad de nuestra hermana? ¿No han sido suficiente para ti estos tres años
ndon
que nunca hubieses existido. -dijo de pro
en que no soy capaz de controlarlas-. Lo dices desde el enojo, si algo... si al
n nosotros, incluso Adán, tu esposo, te sacrificaría con tal de que Victo
ocando con todos los que s
lesté en parecer una digna señora de García, simplemente corrí por la entrada principal,
nto extraño, pero yo no respon
astre en el que me he transformado. Me llevó a una heladería y compró un helado de menta con chocolate, si
i con eso recupera a Victoria, duele. Duele porque tambi
e lleve a casa, los pensamientos nocivos para mi salud mental siguen allí y n
o suerte, Adán toda
a universidad y muy buena publicista, deseándome un feliz cumpleaños y tam