icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon

Una noche con el Ceo millonario

Capítulo 4 Listo para desahogarse

Palabras:1218    |    Actualizado en: 18/03/2025

trampa. Ella no hizo

a un cliente sólido, creo

mi sangre, sudor y lágrimas en esta empresa durante veinte años? No quería que me diera el pues

a una campaña de pr

é un

? -Se puso de pie y me

pregunté, preguntándome si su propu

mujer frívola, en absoluto. Tampoco era una mentirosa ni una tramposa, así q

ces es

emente satisfecha con nuestra conve

erta, emocionado, mirándome por encima del hombro. ̶ ¿En serio te ac

entrecerrados. ̶ ¿C

a de labios. ¿Recuerdas que una

Bi

o hi

, me puse de pie, demasiado sorprendido y emocio

has deseado dura

os para bebés? La idea de investigar y analizar esas tonterías me ponía nervioso. Era soltero. No tenía sobrinos ni sobrinas. Ni siquiera un vecino con un hijo. Era el único familiar

nimó Jack . ̶ T

ro no podía verlo, porque mi mente ya estaba aba

tas desahogarte. O sea, míranos, e

o. ̶ ¿Desahog

cia la puerta. Estaba listo para salir, pero no estaba

a casa y darle vueltas a este desafío. T

ta de mi oficina-. Me regañas constantemente por trabajar dem

ientras tanto. Lo que sea que ayude. Porque la idea de irte a casa y dar vueltas toda la noche pensando a m

por algo nuevo como el puesto de director ejecutivo. Y si conseguir un client

ni una sola distracción me har

reguntaba por qué no podíamos simplemente tomar una copa e

hermano. No estaremos

e tú

IS

e parecía poseída, que sonaba Thriller a cualquier hora. La cerveza era barata y la comida grasie

o que enc

e di cuenta de lo protegida que estaba. Odiaba que Emily tuviera razón sobre mí, pero era innegable lo

a ser tan rígido y no atreverme a mirar a los

por el grifo. Me di por vencido y probé en otro bar calle abajo. En este, una mujer de negocios con traje formal me tiró la cop

bida aquí, en el tercer lugar, me

n error sali

posible que tuvieran prejuicios ni prejuicios. Era una desconocida. Una entre muchas. Y podía encajar. No era la "

o ha

e los dos camareros de aspecto agobiado me notara, me pregunté si par

celosa por cualquier nimiedad, incluso por ser la única de la familia que nació con ojos marrones y apagados. Mucha gente comentaba lo

untaba si así vestían las mujeres siempre. El

e comp

puse el pelo detrás

a volver al a

olpeó el hombro con fuerza, como si estuviera demasiado borracho para m

ndo tontamente, antes de llevarse la be

hubiera oíd

no esta

Obtenga su bonus en la App

Abrir