La Reina y la Usurpadora
negociaciones para asegurar varios proyectos clave en la ciudad. Aunque la competencia con Valeria aún no había alcanzado su punto más crítico, la atmósfera dentro de la empresa de Isabela era e
a famosa Torre Elíptica, un proyecto que Durán Global había intentado comprar durante años sin éxito. Valeria no solo había asegurado la propiedad, sino que ya había comenzado a transformarla, dándole
empresaria no parecía tener miedo de desafiar a la competencia de manera directa. En el centro de la mesa, un mapa de la ciudad mostraba las nuevas propiedades adquiridas por Valeria, y alg
to? -murmuró Isabela, más para sí misma que p
Sabía que este no era un momento de titubeos. Valeria Cruz estaba luchando por posicionars
un plan -orden
irector de estrategia, un hombre de mediana edad llamado Víctor Herrer
. El plan que había preparado era audaz, y más de uno en la sala sabía que Isabela no era de tomar decisiones t
l mapa-. Necesitamos lanzar un golpe tan inesperado que no tenga tiempo de
actos en la ciudad para asegurar los permisos necesarios antes que ella. Además, Isabela tenía en mente otro movimiento: hacerle una oferta de compra d
Durán no iba a dejar que nadie le arrebatara su trono sin luchar. Pero Valeria no era una mujer fácil de derrotar. Había crec
iera destinada a cambiar el curso del mercado. En su escritorio, un informe detallaba la estrategia de Durán Global. Había estudiado cada movimiento
golpe bajo, se equivoca -murmu
ciendo relaciones estratégicas con políticos y empresarios que compartían su visión de un mercado más dinámico y acce
para discutir los próximos pasos. Su rostro, normalmente tran
arrebate lo que es nuestro -declaró con firmeza-. Isabela no entiende qu
s que Durán Global también tenía interés. No iba a dejar que Isabela la intimidara. En lugar de eso, utilizaría la agre
una reunión, en la que discutieran posibles colaboraciones o adquisiciones mutuas. Isabela, aunque intrigada, sabí
a al azar. Valeria Cruz había iniciado una batalla, pero Isabela no iba a ceder tan fácilmente. Lo que había comenzado como una rival
blemente cerca, y las cartas ya estaban sobre la mesa