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La amante del jefe de mi esposo

Capítulo 4 Si, acepto

Palabras:1548    |    Actualizado en: 24/02/2025

latía con fuerza, como si quisiera escapar de su pecho. La

s por un momento.

-murmuró, apen

o si hubiera esperado escuchar

a sonrisa ladeada-. No

levantó la vista, mi

ce

ión se encogiera a su alrededor. Su mente le gritaba que cor

ó Ramírez, su sonrisa c

como si estuviera en su propia casa. Luego, avanzó le

escalofrío recor

ró los ojos con fuerza, deseando no estar allí, deseando que

ono casi amable-. Si cooperas,

lizaba sus dedos por su piel. Su mente quería bloquea

ó escapar u

ijo en un murmullo, antes de in

ba con el latido frenético del corazó

mente, hasta llegar a su rostro. Sofía sintió un cosquill

e -susurró, antes d

s y la calidez de su aliento la desarmaron. Se dejó l

u espalda y sus caderas. Sofía sintió un ardor en s

ró Ramírez, deslizando

r su piel desnuda. Se dejó llevar por l

sabrochando su blusa y

mbién deseada. Ramírez la observaba con deseo

ó, antes de inclinarse

n al borde del éxtasis. Ramírez se movía lentamente, disfruta

o de mí -murmuró Sofía

se inclinó para b

-dijo, antes de deslizar su

ndo su clítoris, su piel ardiendo de deseo. Ramí

, sintiendo cómo su cuerpo

rando su cuerpo desnudo. Sofía lo observaba con de

ó, extendiendo un

su cuerpo se ajustaba al suyo. Ramírez la besaba con p

elo -susurró, antes de

a suya. Ramírez se movía lentamente, disfrutando de c

Sofía, sintiendo cómo

umentando con cada movimiento. Sofía se estremec

uró, su voz l

renesí que los llevó al borde del éxtasis. Sofía jadea

.. -gimió, su vo

baile de deseo y placer. Sofía sintió cómo su cuerpo

su cuerpo estremecién

, sintiendo cómo su cuerpo se p

que los dejó sin aliento. Sofía jadeaba, sintie

susurró Ramírez,

ndo que su cuerpo aú

ondió, su voz lle

ue ha sucedido, centrándome en los sentimientos de Sofía, la ten

a frente al espejo de la pequeña habitación. Sofía, aún aco

mirarla, con su tono habitual de superior

e sus dedos, sintiendo un n

tiempo má

acia ella con una

semana. Tú sabrás qué ha

ento en que aceptó, pero escucharlo de sus labios

ntes de salir, se inclinó y le dio un beso en la

os pront

ve chasquido, dejando un sil

ndo que la respiración se le entrecortaba.

tiempo... per

le resultaba ensordecedor. Se dijo a sí misma que no sentía nada, que todo había sido una obligación

de la ducha y dejó que el agua caliente corriera sobre su piel, como si pudiera borrar lo que había ocurrido

as con manos temblorosas. No podía permitir que Daniel sintiera algo extraño, no podía darle motivos para s

da era

ndo el suelo. El peso de su decisión la aplastaba, pero al mismo

abrió y escuchó los pasos de Da

uar con n

expresión agotada y

reguntó Sofía con la voz

ó y se dejó c

nguna solución. No s

un nudo en

ían hecho... y lo que te

on normalidad mientras ayudaba a Daniel a preparar su maleta, escuchaba s

entía un abismo ab

artió, se despidió de ell

risa cansada-. Pero esto es por nues

z de decir algo sin q

ehículo desapareció en la distancia. Solo cuando quedó comp

po antes de que su

: Voy e

iciente para hacer

nía o

a escap

ealmente

a considerado: ¿y si encontraba otra salida? ¿Y si de

el sonido de un auto estacionándose fren

había

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