BUSCANDO A MI ALMA GEMELA
Punto
a fría cueva de piedra. Era como si las gemelas poseyeran una fuerza que absorbiera la vida, como si robara el aire y la luz del lugar. Ni siquier
propio sitio, pero por ahora tendría que aguantar un poco más. Al menos el viaje al trabajo era fácil. Me levantaba
el rellano del primer piso. En ese momento, se me cayó un anillo del dedo, g
bró que su rostro se iluminara. No resultaría llamativo si no se tratara del legendario rockero que había recibido esa mirada de millones de personas e
alabras a la vez, especialmente sob
en cualquier momento. -Su enfermedad avanzó tan deprisa que no
señaló el anil
pieza
mi madre me lo dio po
pecial, pero no me explicó por qué. Tengo que arreglarlo para que me ajusten mej
-Se cruzó de brazos y
ejor, me enseñó
risa y se acer
ó del brazo con delicadeza, mien
e unió a nosotros para bajar-. Somos casi familia y eres bienvenida a nuestr
e alejó, entrando en el c
e jugaba con su teléfono. Sadie tomó asiento con la misma cara imperturbable de siempre, como si
sentó junto a Scott y esperó mientras se servía la cena. Sonreía, aunque estaba claro que no lo hacía por m
a porción de lasaña en mi plato y me mostró la pantalla de su teléfono. Al mirarla, vi la imagen con la que ella esperaba sorprenderme: unos largos dedos mas
re las regañó. Quien nos viera pensaría que ten
mos. Sabía que no debía pensar que me incluía, así que seguí comiendo mientras las gemelas parecían reac
nvitación formal. Eché un vistazo al grueso cartón con letra
través del club, me ha informado de que Gabriela Williams quiere destinar la fiesta
aclaró la
era ganado y esperar que ocurra un milagro. Sería mejor que le d
ivertida, pero Scott se encogió de hombros y bebi
aclaró la
undo es un fa
desvié la mirada mientras tomab
hizo un cariño a su padre, pero
cé la cabeza cuando Carmen mencionó el nombre de mi madre-. Supongo que podríamos decir que Helen er
mirada de disculp
una cafetería, cuando se averió nuestro aut
querido. -Lo cortó y se inclinó sobre la mesa-. No
n estaba mucho más incómoda c
ntes de conocer a Carmen. -Sonreí a Scott-. Me
me dagas por los ojos y después a Millie,
a que hablar. Estoy segura de que quieren ir. Luis Williams es un buen partido desde la muerte de su padre. H
t si
ró para mirarme-. Deberías ir a esa fiesta,
y se giraron en sus sillas. Carmen se apresu
que la invitación
ioso, sin saber qué decir, mientras gotitas
nzó sus dagas en di
ida específicamente a las geme
compañante. -Tomó la tarjeta de las manos de Carmen y asintió señalando algo-. Sí, aquí está. Además, por eso la contratamos, ¿no? Como las chicas
tiún años. -Sadie entornó los ojos con aspecto angelical, aunque su labio
Helen le encantará la fiesta
ana e intercambiaron
de vino a los labios y me miró con una sonrisa ta
qué decir, así qu
as, parece
irada de disculpa de Millie y supe q