Reconquistando A La Esposa Del Ceo
recorrerle la espalda cuando
enas un susurro, pero había un filo de dolor e
se volvi
mirada por un momento, cerrando lo
hacer movimientos bruscos. Sofía ahora lo miraba,
n tono más bajo, más contenido-. Pele
Su mente luchaba cont
ando hondo-, si eso es cierto...
e de esas palabras com
eron creer que
a, sus manos aferrá
tú seguiste
n su pecho, no contra ella, sino contra la
r el rostro, exhala
ándote... y cuando descubrí la verdad, cua
s se quebra
rimera vez el dolor real en su expr
gó hasta que Antonio
ue sepas algo. Voy a encontrarla. Cueste l
an llenos de miedo y confusión, por primer
se pus
o espera
-preguntó c
pretó la
e hacer hablar
, no tendr
calles silenciosas, pero en la mente de Antonio rugía una tormenta de pensamientos. Su respi
e tenían retenido al hombre que había custodiado el almacén dondelugar, con las manos amarradas a la espalda. Al ve
frialdad-. Dime quién te cont
la vista con una
las -respondió co
e un solo movimiento y le dio un golpe seco en el r
ez más -dijo entre dient
sangre y soltó u
erer saber l
ó. No se detendrían hasta obtener respuestas. Y lo que
uemaba por dentro. Se inclinó sobre el hombre atado, su mirad
ber la respuesta? -su v
io lado, su labio parti
tás listo par
y regresó con una pequeña lámpara portátil. La encendió de golpe, apuntando directo a los
po para juegos. Sé que llevas meses trabajando ahí. Sé que te pagan en efect
ero su actitud ya no
se identificó. Solo apar
cómo
e con una gorra y gafas
s, procesando la inform
uete? ¿Qué
se encogió
o nos dijeron que n
antes de que pudiera seguir preg
saliva- había
ro c
a mirada, ahora vis
o vi hablando con alguien por un teléfono sa
cómo su pecho
é no
e, y por primera vez, Antonio
lanu
escalofrío recor
el Vil
asintió
dido, pero Antonio seg
l menos, eso era lo que hab
hombre decí