Reconquistando A La Esposa Del Ceo
la habitación, dos hombres atados a sillas mantenían la mirada baja, sus rostros marcados por el mi
o, de brazos cruzados,
tonio con voz grave-. Me dicen todo l
ninguno dijo nada. Uno de ellos, el de cabello corto
hombre. Solo hacía
spaldo de la silla del hombre, acercándose lo s
stodiar un almacén abandonado sin saber q
ó saliva, pero
ndeja con algunos instrumentos... herramientas que podían usarse para muchas
o y con la piel pálida, tr
bemos mucho. Solo nos dijeron que vigiláramos
l cuchillo y lo apoyó e
ig
espiró hond
n efectivo, sin preguntas. Cada día, al mediodí
escalofrío recor
eguntó con los d
o veíamos un auto negro estacionarse, alguien
ntrecerró
haron nada dent
ó rápidamente
Pensamos que e
l puño, haciendo que ambos s
ron nada?! ¡Ella estaba ahí
hombres temblaban, y Martín permanecía i
e humedeció los lab
entrar a las instalaciones. Nos pagaba
con tanta fuerza que sinti
s contrató
erosa. El delgado bajó la cabeza, mientras
o que solo estaríamos ahí un año... y que si intentá
ió un nudo e
al qu
ragó saliva
e miedo, atrapa
crisparon y, sin pensarlo, lanzó la silla del hombre
al suelo, mientras el
nte, sus puños cerrados, su
ntiendo la rabia hervir en s
tro de ese auto. Aunque sea información ma
sabía que el enemigo era astuto y había tenido años para cubrir s
pacho, comenzaron a proyectarse imágenes obtenid
ón y desesperación. Cualquier pista, por mínima que
semanas. Cualquier video en el qu
seguridad privada. Antonio se inclinó hacia adelante, con los ojos fijos en la pan
recer. El mismo auto negro. Dife
de una escuela privada en Greentown hace dos semanas.
vía por la ciudad sin un patrón claro, pero lo que más le
ada toma. La única constante era que el vehículo desaparecía en zonas sin cámar
auto? -preguntó Antoni
a cambiado de dueño seis veces en los últimos meses
o, frustrado. Alguien había plane
detrás de esto, sabe
acemos,
, conteniendo la ira que le quemaba el
cuentra a alguien que haya trabajado en los lugares donde ese auto apareció. Un
alió del despacho
able en el pecho. Su hija estaba en algún lugar. Y él iba a encontr