LA NOVIA FUGITIVA
a por los extensos senderos de su gran mansión, sin ni una sola preocupación, y hasta ese momento, ni un s
a de este relato encantado. Las revistas de sociedad elogiaban su gracia y
a el amor verdadero, una conexión que no estuviera
industrial Ricardo Reynolds, había ideado un plan ambicioso para asegurar el futuro de la familia y
de negocios, lo cual la llenaba de frustración. Ni siquiera había tenido
mete sin conocer a su prometido? -Amelia expresó su frustrac
ecerá nuestro imperio, serás la envidia de la ciudad. Además, obtendré el anhelado puesto en la alta cúpula guber
nostalgia y se le
dedor, padre, aprecia todo lo que ya posees.
con una pequeña inversión, la libraré de la quiebra, es un hecho. No puedes oponerte, mi querida Amelia; e
Siendo una mujer independiente y madura, con una sólida fe en el
bre está de acuerdo en casarse conmigo? Ni siquiera lo he visto en
melia se asomó al jardín al e
á sucedie
beza avergonzada y le respondió en un susurro-. Cariño, lo siento mucho. No puedo hacer nada. E
ura. La boda estaba a solo tres semanas y ya habían hecho todos los preparativos a
sola. No soy tan frágil como ellos asumen", pensó Amelia. Se
una niña. ¿Se les olvida mi edad? ¡Puedo
milia, hay costumbres. Necesitamos que nos des nietos, que teng
s padres con la palabra en la boca. Los días pasaron velozmen
o confeccionado por un destacado diseñador de la ciudad, repleto de detalles y pe
r. Había regresado recientemente del extranjero, y aunque no conocía personalmente a su prometida, la había visto en innumerables fotografías. Además, la posición que ella ocupaba resultaba su
a mujer. Sé que todo es una farsa, pero me duele profundamente -Virginia
uvo su rostro con ambas manos y le
ia se oponga. Solo me estoy casando porque mi abuelo está enfermo y prometí cuidar de
ndo , solo dos para que tu esposa sea yo y tengamos la familia que siempre hemos
le dio un beso en la frente,
a esposa parece ser muy sumisa, no tendré problemas con ella al divorciarnos. No te preocupes. Por eso no he querido conocerla, no quiero esta
para Virginia. Así que se sacrificaría por un par de años. Christopher, su abuelo, era un controlador empedernido y haría todo lo
as en una espléndida ceremonia. Todos envidiaban la posición en la que se encontraban; los medios de comunicación aguardaban frente a la iglesi