icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon

Soy Suya Señor Karl.

Capítulo 9 Él es un demonio vestido de hombre.

Palabras:1441    |    Actualizado en: 12/01/2025

ir

semejante cosa? Apreté los puños con fuerza mientras observaba la sangre que brotaba de su brazo, como

y mientras acercaba la cuchilla a su piel, intenté controlar mis nervios. -

lla con cautela, sintiendo el metal desgarrar la carne como si el dolor fuera mío. Pero él, inmóvil, ni siquiera mostraba un solo gesto

había quitado sus oj

- murmuró, casi com

usara daño, aunque él no reaccionaba en absoluto. Finalmente, logré sacar la primera bala, mis mano

or?- pregunté, inte

erida hasta que salga toda la

que hacer eso

ten.- Su tono era frío, inflexible.-A partir de ahora

pués no se queje.-No pude evitar un ligero toque de

pa eso,- dijo, con

a un ser sin alma. Terminé de limpiar hasta que la herida quedó desinfectada y luego, Mijael se lo costuro sin aneste

ra la fiebre,- le sugi

en un tono cortante. -Ya no necesi

segundo. El hombre asi

or. Llámeme si

que tienes debes cuidarla

o que apenas disimulaba el cansancio. -No se

in miramientos. Y mientras tanto yo seguía ahí de

mirando hacia la ventana. No supe qué pensar de él. ¿Qué clase de persona era, tan inexpresi

y sentándose para tomar un poco de agua, se

onarle, pero la inquietud no me abandonab

za. -No. Solo voy a

é pensar, finalmente cerré la puerta, dejándolo en esa extraña quietud que me hacía dudar si estaba ante un hombre o ante un ser sin alma. Su

*

da estaba en sus manos. Solo tenía que obedecer. Sabía que no me haría daño, al menos no después de cómo me trató el

. Su frente ardía, y aunque él era un hombre fuerte, se veía débil y vulnerable

epente me acordé de esas extrañas cicatrices, aquellas marcas que había visto la noche anterior en su espalda y hombros. Marcas de bala y golpes d

de su piel marcada. Mi corazón latía fuerte, confundida entre el deseo de ay

solo con él... Madre, regresa, po

siempre había sido tan firme, se había quebrado en un sus

o él seguía atrapado en su sueño, pe

odio, odio todo lo que soy por tu culpa... odio tu maldita raza... -Que estará soña

io. Intenté llamarlo de nuevo, pero solo obtuve silencio. Su piel seguía ardiendo, su cuerp

un aliento pesado, como si acabar

susurré, sorprendida de la

tono ahogado. Pero su piel estaba ardiente, y su

nte para comprobar que no estaba imaginando. Karl me observó

s rodeándome, sus manos, firmes, aferrándose a mí. Era como si quisiera mantenerme allí, como si m

?-Negó elevan

. -Quiero sentir tu cuerpo junto al mío.- Sus palabras me dejaron helada. Sabía que, técnicam

ía sentir su aliento cálido rozando mi piel, el leve temblor en mis mano al sentir una sensación extraña. Antes de que pudiera procesarlo, me besó en el cuello,

ón, y sus manos bajaron lentamente

corazón golpeaba como si quisiera escapar. No tenía opción, sabía que debía quedarme quieta. Él tenía control sobre mi vida a

do alguna vez. No era el beso de un primer amor, sino el de alguien a quien le habí

Obtenga su bonus en la App

Abrir