Soy Suya Señor Karl.
ir
ortaba estar allí era porque ahora le pertenecía a él. Nadie más me veía, nadie se atrevía, y tenía que cumplir con él, pues era parte de mi vida... al menos por ahora. No paré de tomar. Jamás había probado un licor tan fuerte, y sentía cada trago abrasar mi gar
un dardo de odio. Yo le respondí con una sonrisa ligera, mostrando una confianza que realmente no tenía. Sabía que esto era un juego,
el señor Karl, su voz como un zumbido gra
no y me incliné para re
a vez? -le dije con una seguridad
so, su presencia imponía respeto y temor al mismo tiempo. Sabía que
spondió con una m
a melodía comenzó a sonar. Me moví al ritmo, dejando que mi cuerpo respondiera al compás, sintie
sobre mí, pero mis ojos se dirigían de vez en cuando hacia Karl, quien apenas reaccionaba. Parecía inmune a los intentos de Tania
una orden seca. Me senté junto a él, mientra
na noche -mencionó uno de
eunión. Será de suma importancia y
to estaré ahí-Mencionó par
or, pero él me sostuvo firmemente de la cintura. Me aferré a él, acep
verlo otra ve
ía mucho más agradable -contestó con frialdad
pareció oír a Karl darle instrucciones a tal Darién, quien abrió la puerta para nosotros. Entramos juntos, y ap
esas copas fueron
s, asintiendo
palabras rozando mi oído y enviando un escalofrío que me recorrió
aba bajo su dominio; ahora era su marioneta, y tendría que entregarme a lo que él desease. Miré la carretera empedrada
ra lograra alejarme. Sentí su mano firme al rodearme la cintura, y me dejé guiar como si fuera un espectro de mí misma. Cuando llegamos a la hab
como eres -dijo con una calma que me desconcer
icieron un caos, y si
ue usted quiera, solo
. Era una promesa de poder y peligro entrelazados, y mi cuerpo se tensó al sentirlo sobre mi piel, quit
baila s
mientras movía la cabeza, sentía cada mirada suya recorriendo mi piel, mientras mis movimientos se volvían más lentos por el ef
sus manos recorrieron mi pecho, él debía cumplir lo que dijo,
is fantasías Naira
de que hab
o la puso en la palma de su mano. Tapé
que tu hagas lo mismo conmigo. Deseo escucharte gr
urré nerviosa pero el colocó su mano en
jos al sentir sus labios besando mi cuello, me quedé quieta con el alma a punto de salir
. se a que
quiero sen
mada sin saber