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Atrévete a Amarme

Capítulo 5 Tentado

Palabras:1613    |    Actualizado en: 04/12/2024

ablero, aunque su mano quedó abierta sobre su seno. Se apartó de inm

con voz tensa, tratando

los ojos muy abiertos, como s

eve y el otro conductor estuvo de acuerdo en no tomar medidas. Aun a

sa

terior en tan poco tiempo. No entendía por qué la siguió después de que Sara le advirtiera so

na chiquilla inmadura jugando a ser mujer. No podía permitir que lo ma

hacer lo que me pi

ente-. Solo quiero estar preparada. No

ta como él? -espetó airado, conociendo

me gusta. Y lo

él -respondió. Se puso en marcha de nuevo, renuente a

enga experiencia. De ti. Y sé que Efraí

o hizo clic en su cabeza y reprimió las ganas de reír: Andrea ni siquiera había da

ba jugand

de a punto de desaparecer en el hor

Así que esto no irá más allá

ón y disfrutando de la turbación en los ojos de Andrea. Se acercó a e

Andrea, quien se arrojó sobre él,

e mucho en tu novia cuando entraste

uc

ra -replicó Javier a la defensiva-. Ese chico te gus

das por un flequillo inocente que no tenía nada que ver con

sus labios. La sintió temblar cuando apoyó las manos frías en su cuello. Sin embargo

ofundo que Javier había enterrado hace años bajo cap

piel de porcelana contra sus dedos mientras deslizaba su cremallera, imaginando no detenerse. El sueño donde el

marcaría su camino de mujer, y lo compartía con él, un hombre ajeno a sus planes. Aunque tam

r no pudo contenerse más y la atrajo hacia él con un brazo firme alrededo

rró con voz ronca, e

n voz temblorosa. Sus dedos enredados en lo

l beso. El olor a jazmines de su cabello, el roce de su lengua tímida contra l

rró-, sigu

disqueó su labio inferior. Ella rodeó su lengua y succion

hiciera un movimiento ondulante contra su centro, p

n adic

manos de Andrea se deslizaron bajo su camisa,

de atrás, arrancarle la ropa y devorarla por completo. Aunque su ma

de esa chica

boca, su aliento entrecortado y se ob

ariciaba su espalda con delicadeza, sintien

labios hinchados. Sus ojos color miel brillaban de excitación, r

e poseerla. Sin embargo, ella se removió contra s

encaje rosa pastel de su sostén y acarició

ndrea sobre su boca, nece

ez, tan peligrosa... , porque él tamb

e sus piernas y maldijo por lo bajo, obligándose a controlar

arrepentimiento, pero solo encontró una mezcla d

r, un gesto que envió una descarg

os ojos-. ¿No desear detenerse hasta...? -Dejó la frase en el

rno la poca moralidad que le quedaba, pero el teléfono de Andrea timb

amó emocionada-. Qu

u casa -gruñó, y se acomodó e

Cuando Andrea abrió la boca intentando decir algo

go. Sabía que era absurdo sentirse así, pero no podía evitarlo. Lo que le provocó ese

el jardín. Por la tensión en el rostro de Andrea y la expresi

al auto y, sin esperar a que Ja

s estado,

para responder, per

guiara por la ciudad para tramitar algunos documentos

as por cuidar de ella. Y tú, a tu habitación. Hablare

irada agradecida antes

para verse en un bar. Agradeció al cielo por ello y se despidió de

aba interesada en él cuando tenía una relación estable

latente de volver a probar los de esa chiquilla que lo atraía como

ra la hermana menor de su amigo y socio, demasiado j

ción con Minerva, en cualquier cosa que no fuera esa

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