Atrévete a Amarme
con la hermana menor de su amigo. No era el momento, ni el lugar para usar su
tir sobre haberse equivocado, pero las osadas palabras de Andrea no hicieron
omo él. Bastaba escuchar a Franco Baumann para conocer el nivel de obsesión con la que hablaba de Andy García, p
ncia, porque su amigo se quedó en su casa de Estados Unidos en muchas festividades, sentía la necesidad
s García -saludó Javier con una sonrisa
na mirada evaluadora, pero no podía negar la calidez en
ojeció y desvió la mirada. Sara bajó en ese momento como si nada, y saludó a su p
ento y en poco tiempo hizo que el servici
tenciones que ha tenido tu famil
dió, pero no pasó por alto el gesto de incredulidad de Alfredo. Así que para aligerar el
nte media hora se la pasaron hablando de las obras de arte acumuladas con los
puso de pie y le hizo un gesto
lles contigo -Efraín se puso de pi
nde tomaron asiento frente al escritorio de madera oscura.
ó, tamborileando los dedos contra su escritorio de caoba-. Pe
ceño, confundido
ñor
Alfredo,
migo desde hace años, y aunque sé de sus tendenc
, pero su adicción al juego ha sido una sombra consta
ió, sin reve
negocios. Te aconsejo que evalúes d
s por eso que creí prudente el venir a presentarme ante usted. Pero aprecio sus c
a afectada por un incumplimiento de su parte. Para serte sincero, creí que Efraín no conseguiría un
é un tiempo en México para ayudarle a arrancar el negocio, per
ijo estrechando su mano
ón reservada en el
s en esta casa igual que Efr
del otro lado. La postura rígida y la mirada inquieta de Efraín revelaban su nerviosismo, y Javier
punzada de compa
su hijo y este insistió en que acep
r cuando su amigo lo detuv
su rostro casi amenazante-. Mis hermanas son intocables, ¿entiend
i a punto de aclarar como un idiot
familia y jamás me aprov
quiero tener que recorda
ella estaba lejos de ser perfecta, aunque no era algo que quisiera discutir
ada alejada de Andrea. Pero fue inevitable notar su p
trolable de ignorar la advertencia de Efraín. Y tuvo que hacer un
ra, en especial cuando tenemos visitas -dijo
mirada, avergonzadas por
No seas tan dura con ellas -intervino Alfr
vez. Javier no pudo evitar sonreír ante la dinámica familiar, admir
nte. Tenía una relación con Minerva y un acuerdo de negocios por dela
mientos sobre la plática que tuvo con Efraín minutos antes, y la voz de Andr
juro que no te incluiré en el trabajo fi
tud manipuladora de Andrea. ¿Acaso estaba chant
u habitación, pero chocó de frente con Alfredo. El
de mis hijas? -preguntó Alfredo con un ton
zado por haber sido descubierto-. Estaba buscand
evaluando la veracidad de sus palabras. Finalmente,
edo en su espalda. Revisó sus bolsillos y no llevaba la cajetilla de siempre, así
taba allí por negocios, no para involucrarse en dramas familiares o romances complicados. Sin embargo, la curiosidad