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La Rosa Blanca

Capítulo 5 ☆Cinco☆

Palabras:2358    |    Actualizado en: 23/03/2021

or. Las olas de calor aca

rse en el nacimiento de

to una presión s

ada pasa de mí a Raven y

¿son las cosas que h

ella vomitó sangre y te

o de la

án a ti tambi

ci

no tiene senti

protestar, pero alzo u

ito p

ál de los tres Augurios

e, Color no. No veo có

rma? ¿Tengo que cambiar l

mas. Pienso en el doctor Blythe, mi médico en el

evado afuera hasta el á

iciera crecer al roble y nu

inmenso y tan anti

nte, me arden las mejill

ez tocar el incinerador sea

olerable; siento el hier

s, para verlo en tu mente. Tres

agen en mente para modif

o, pero nada sucede. Ni siq

Aug

garganta se tensa

la mía. Raven está de pie

vivo de

–dice. Mientras mantien

re el incinerador–. No e

laro como si fuera real.

una almohada colosal e

s chispas resistentes, l

as se tornan más frágiles y delgadas hasta q

de mi nariz. La cabeza m

so. El lugar donde mi piel to

eso juntas

sangre salpica el incinerad

–grito. Mantengo un br

cticamente sosteniéndola

do más

l incinerador. Tengo la t

el fuego

nto –le digo a Rav

el incinerador sin fuego con una

ito, y él

hicis

isón, p

dice, acercándose

niéndose; se detiene solo

i suéter–. Eso no fue t

–me está mirando como si nu

etenido. Ash le limpia

lbucea ella–. Sie

se –interrumpe

pero sus ojos están abierto

la un

recordar si eres real... –presiona las palmas so

xtinto, puedo ver un túne

tra en la

vete –digo–. Estaré

guna parte si

uedo soltar esto porque cr

al túnel a salvo. Asegúrate

ómago de Raven, el peque

ét

Ash acarician el costado

ayuda a Raven a

Raven. Ella lo mira y des

ice

que se ha enfriado consi

uieron, y desapa

uego atenuado, como un lat

lveré a ver

esponde–.

o agradece

–dice con u

sonido sale

tá

mi fr

V

on cuidado de mantener

se desliza y se resbala so

i otra mano. Miro por

ciendo a l

l es em

voy, pero me deslizo mu

sueltos floten alrede

una mano presionada co

el metal deslizándose d

ombre de Ash, pero temo que s

más velocidad. Mi co

tello de l

estoy c

estoy suspendida en el air

pared del incinerador,

allido brillante

con violencia; me quedo

célula de mi cuerpo impl

e expanden y me ahogo e

a con sus brazos, acun

a mano; bajo su rayo de lu

se c

n –respond

ie y miramos el espacio

lleno d

alando el bolso. Ash hurga en él, extrae un trozo

se entretejen, creando

mento. Es el plano que L

blioteca de la Duquesa. Ese

la Joya–. Todo el tiempo é

sospec

–pregun

un plan de escape diferen

¿Y que llevaba

no creo que

a este lugar

ínea roja en el plano qu

el papel hasta que encu

a dirección –digo, seña

la linterna y avanzamos.

se oye un crujido esc

–susurro. Ash

sobre una jaula de aspecto

curvos, están ennegrecid

puerta a

iraría una jaula aq

lentitud–, no creo q

imagen cobra sent

mi brazo y m

tán muert

–respondo–. E

ca se le hubiera ocurrido

caparazón vacío de la am

es por las que tenía tanta

alvo. Eso es lo

barazada. ¿Acaso aún existe

e la mía y alejo esos pe

en la Puerta Sur. Recuerdo el día en el que me ayud

formar ese estúpido bloque

a dejar

unto a mí, y los tres

ior, haciendo una mueca c

is pies. Me pregunto si a

, después de su estadía f

Podría estar caminando so

ía estar caminan

por fin llegamos a un pu

ío y húmedo y huele a co

arme sobre una superf

de vamos? –

mblan mientra

manteniendo los ojos fijo

irmeza la ma

elo está cubierto por un

el agua más sucia de la Joy

e opaca. Nadie habla. Ocas

e escabullen. Por intervalo

mos avanzando en la dir

marca en el plano más qu

si es esta izquierda o esa i

veces, nos encontramos co

olver sobre n

–pregunto luego de insp

ir un túne

expresión de Ash

lo

eso? –d

des

re de impaciencia casi propio

está el rostro de Ash co

–pregunto,

no puedes olerla –dice

hablando. ¿Quién puede o

uiarnos por un túnel dist

que despertó. Apenas t

ue ella gire a la izquierd

ón sin

–. Hemos tomado la

a Raven, y de nuevo, me a

tes–. Ahor

nde una serie de peldaño

tra en la oscuridad, perdié

una luz diminuta titila, c

discutiendo, Raven

ujetando sus tobil

toy –replica–. Quieres

¿cómo sabes q

. Solo

a arriba para que pueda v

s, decididos.

o y sigo a Raven por la es

sosteniendo

interminables. Me empiez

rden, y mi estómago ruge

ando no pensar en la gran

ivamente más larga cua

la estrella diminuta so

Parece una flor, los pé

ular que está

golpeo la cabeza con l

amos

to, frotándome

cuidado, me inclino hac

e metal con rendijas. Raven introduce los dedos a

abrimos?

ración, porque la idea de

los desagües de abajo

haber una m

ía están retorciéndose a

de metal se muev

resbala del peldaño. Suj

epiquetea en

un círculo de luz solar bri

completo; mis ojos se hum

o. Luego, una silueta so

arriba. Parpadeo

rnet con una sonrisa–

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