La Rosa Blanca
í? –pregunto, mientras G
da a salir de
esponde él. Está vestido c
abrigo nuevo. Salgo del a
etrás
pero este no es ni por a
a la morgue. Está apretad
e un tono ro
l brilla con fulgor en el c
lejón termina en una calle
que pasa c
as terminado con
encoge d
il –sus ojos se posan en
a, como si estuviera preo
cobarde
runce e
ién
lico, deseando con desesp
en el cerebro de Raven. E
der acorda
arnet, señalando un hu
s latas de metal vacías–.
nue
grande que el bolso, met
extraigo dos vestidos hech
en, cuyos ojos carecen de
mirada vacía. Me pongo m
vestirse
al médico? –susurr
jando con dulzura el cabello d
r una camisa y una chaq
ta. No logra ocultar la ma
hinchado como antes. Un m
de un tono n
Garnet y le entre
pila sobre su hombro y los
n repartidor
ntos. Me ofrecí a busca
ección a Ash–, para pode
re por poco se
o escapé? –
n le dio a esos guardias
uerdan haberte encerrado
en, de hecho ella es basta
una Duquesa del Lag
or dejar de hablar acerc
premiante–. Pero
o tengo una dirección, no sé quién lo
todo esto no es l
Que me llevaría a un luga
lo de la Ciudad Solitaria
a estar en un planeta di
o, Violet. ¿Crees que Luc
de llegar por sí solos. Y a esta altura ya deberías saber
o sé –
imero. Después, el a
re es As
t me
guen. Ah, pónganse los so
sombreros blancos
ir del callejón, cuan
–. ¿En qué di
e Garnet–. Cerca
ice en v
urre? –p
tro de acompañantes –exp
econ
s como la Puerta Sur; es
n a escoltar a jó
ce Garnet–. Tu cara es u
de que nos separemos, la
Lléval
zándonos por el callejón
a una mano indicando
e indica Garnet a Ash–, y
segundos más y s
le del callejón, gira a la
n mi cabeza. Solo llego a t
onen con dulzura y firmeza los míos. Me
ueda decir alg
de empezar
te besó –
os. Mantente cerca
e de forma
de más
salimos a las
n el corazón de la Joya d
ador. Es el segundo círcul
l; el más rico de
a de tantas personas a l
do, olvido que se supone
a cabeza inclinada e inte
odas partes: saliendo de
del brazo por las aceras.
que llevan vestidos col
orta, con los brazos llen
ajas de sombreros, o pase
mujer, que viste un sombr
uto en sus brazos, me em
lo encuentren pronto. P
este fin de semana y si la Joya
y lo encuentro a un par de
mueve de arriba abajo mie
es rojos brillantes entre
así que mantengo los ojos
miento que sentí al salir d
nalina. Estamos muy expu
ado de mi cuerpo, esperan
grito de "
uerdo a mí misma. Pero ese recor
dicos cruza y gira a la i
a un carruaje eléctrico cu
a del camino, salvándola,
iremos por
delineada por tiendas; ha
última moda en vestidos f
n cuencos con frutas y c
plandecen ante nosotras,
rros ladran y juegan en el
tén rojo ocupa un escapa
indica: "
puerta y poste, un cartel
negras que dicen:
caído por el hueco del inc
ado escaso y la cabeza co
no o dos años menos que ah
en vez de enmaraña
e imprudente, estúpido.
o, me pegunto si Lucien
quitar a Ash de en me
ncia de Lucien sobre la l
tal si es una trampa? ¿Qu
tá trabajand
ntran bien
paso. Tiene la edad de G
ecorren mi cuerpo de un m
iendo diez cap
ecir, así que hago una
aba en
rece complac
que ser más cuidadosas – sus ojos se posan un instan
ra a tocar mi rostro, y yo me alejo. Él se ríe–. No
o–. Oyeron hablar sobre
con un movimien
no se preocupe, lo enco
una vez que tienes unos oj
encuentr
–digo–. Nuestra señora se
las acomp
esquivándolo por un co
o en voz baja, pero sigo
multitud, y estoy tan c
gundos antes de que note
icamente la pila de periódi
e desemboca en una gran pl
e todas d
do a cielo abierto; los p
alarde de inmensas canas
ias zanahorias, hilos de ce
calabazas. El aroma a pan
hombre panzón grita los
ndes llena
ro –susurro–.
uietas en un lugar. Te
rma de encontrar a Ash e
a Garnet, pero hay tanto
s movemos con lentitud
ersaciones; la mayoría so
o presiento que a las pers
uy jugoso: el acompañante
cen en persona. Si él tien
co– antiguo
lo en voz baja
e. Su rostro se ha vuelto
se enfocara en dos cosas
o que yo n
cede? –p
o conoc
Qu
palabra, comi
e sujetar su brazo, pero
paso entre la multitud, y
é es que estoy tumbada e
s verdes llenas de hojas de
pregunta el dueño del pu
pasar, porque no puedo haberlosperdido a
empo se congela y el mu
ada del mercado. Raven solo
dónde estaba él; mient
. Sigo su mirada y veo a
alando en dir
traña y aireada, como s
rso. Las palabras de Rav
lo co
instante preciso en el que
á! –grita
se conviert
das partes. Las personas
se oyen más silbatos... Me
ie, no puedo ver a Raven
a Garnet en el mar
mpletame
ones hasta el límite de la
arece no poder decidir
o v
tá a
an atr
el Mercado Lan
s el último puesto y tom
por el pánico que choco co
entras las dos
la chica parpadea y me mi
o ah
L