La Amante del Magnate
y la anticipación me hacía sentir viva. Me vestí con un elegante vestido negro que acentuaba mis curvas y un par de tacones que me hacían sentir imponente. Miré mi
miga desde la puerta de la habitación,
al, sonriendo ante la idea de que Nora pudiera tener un vehículo mejor que e
s con curiosidad. -Sigo sin entender el por qué no aceptaste que t
me acerqué al armario, revisando que tuviera todo lo necesario en mi bolso
o y guardé en él algo de dinero y mi teléfono, asegurándome de que estaba bien escondido. Luego, saqué
sus manos sobre sus muslos e inclinándose h
endo la adrenalina acumulándose en mi pecho-. Por s
mi interior como un tambor, marcando el compás de una vida que apenas comenzaba a resurgir de las cenizas. Salí del apartamento y m
familia, y me sorprendí al ver numerosas maquinarias de excavación y demolición dentro del lugar, tirando abajo la casa que me vio nacer,
chófer cuando se detuvo en el sem
edad, con cabellos salpicados de cana
casa, la demolición resonando en mi
una noticia impor
llamó la atención una propiedad tan aba
sintió-. Es la antigua
e interés, aunque el apel
tados y admirados por todos. Pero algo terrible sucedió en el seno familiar. La ú
y la rabia burbujeó en mi interior, au
Suena como una película -retomó el camino cuando la luz volvió a ser verde, dejando atrás el sonido de
a hacia la ventanilla, pero mis pensamientos estaban en otro luga
un gran proyecto y usarán el vasto terreno en
calofrío recorrer mi espalda. ¿Quién era el nuevo
s personas de bajos recursos -habló orgulloso-. S
eza como un clavo. Mi coraz
eba ante mis ojos, haciéndome creer cada vez más en su culpabilidad. ¿Por qué el destino tenía que ser tan cruel conmigo? ¿Qué más me faltaba
ado tanto daño, también sentía una extraña sensación de esperanza. Si él era el responsable, significaba que podría enfrentarlo y hacer que pagara por todo lo que me había quitado: el am