INFIELES
la
e infierno que vivo. Duncan salió de la habitación, como siempre, con ese humor de perro rabioso que lo transforma en un monstr
s en la casa sin hacer nada. Encima eres una lenta, ¡me tienes harto! -Su voz me
ví a preguntarle, más por inercia qu
conocía tan bien. Intenté dar un paso atrás, pero fue inútil; su
porque dudo que alguien te contrate siendo tan inútil, hasta en la cama lo
n por mis mejillas, limpiándome el golpe. No sé cuánto tiempo pas
consuelo que ni siquiera sabía que necesitaba. Pero esta vez,
lvió a lastimar -replico Martha con ese tono pro
spejar la mente... o tal vez viajar a ver a mi madre -ment
o de la línea-. Bueno, sería buena idea que te aleja
-le pregunté
amado para trabajar en una de las
n momento, procesando lo
a? No me tomes el pel
sonando eufórica-. Mi jefe me dijo que te buscara
ortunidad para escapar, para tener algo propio. Sin pensarlo dos veces, me preparé y
do. Subí apresurada por las escaleras eléctricas y vi a Martha esperán
ndo a las pasantes -me dijo, prácti
o y entré. Me recibió el señor Hamilto
sería pasante por un tiempo, pero no me importaba. Acepté el trabajo con una sonrisa, sabiendo q
primera vez en mucho tiempo. Abracé a Martha
, sonriendo-. Ya verás,
ejar a ese mal hombre - re
es de eso. -ell
o quiero mucho o quizás sea costumbre, creo q
jate y descansa ya que el día de
ga, me voy, te
yo tamb
ue me lleva en mi dirección, marco el número
estado ma
enir a ver a esta vieja -mi madre siempre regañon
estará difícil, ya
ma me dijo que la llamara todos los días, es que últimamente le presto más atención a los que haceres de la casa y a mis pleitos con Duncan. Dejo de pensar al llegar a mi casa, al entrar cierro la puerta con
res la maldita puerta! -asusta
n sus manos trae unas bolsas, cuando entra me pide que cierre con llave, cuando cierro me alejo y salgo de la sala para entr
zada, mis lágrimas caen y mis pies tiemblan,
ada, Duncan ríe y nuevamente me golpea, tapo mi rostro para que no me desfig
asta ya, no m
mi cara, seguramente estabas leyendo o escribiendo puras porquerías. E
der a sus insultos, me levante del suelo
puedo hacerlo, de echo lo he intentado pero cada vez me amenaza, siempre sedo seguir con él, no amo a Duncan ese amor murió cuando provoco que perdiera a nuestro bebe, me golpeo tanto que luego me mando al
na hora, aligérate, te recuerdo que nunca pagas las fac
, me acerco a mi armario para vestirm
me excitas más -comenta apretando mis pechos, me alejo de
ida y cansada, mañana empiezo a
da, pero hablemos luego de eso, por ahora necesito sexo. -negué a punto de llorar, sus palabras me lastiman y su cuerpo también. Quisiera desaparec
iempo, en donde mi madre me advert