EL RESPLANDOR DEL ÁMBAR
ba
e todo de una vez. Las dos líneas en la prueba de embarazo siguen grabadas en mi mente, como un eco que no se va. Samuel tiene q
, no así. Le pido que se reúna conmigo. "Necesito hablar contigo en pe
sponda. "Claro, amor. ¿Todo bien? ¿T
no todo está bien, p
cómo reaccionará. Samuel siempre ha sido tan cariñoso, tan comprensivo. Estoy segura de que lo será, ¿verdad? Pero no puedo evitar sentir una i
. Me saluda con una sonrisa, esa sonrisa que siempre me ha dado ca
está a punto de pasar. Lo observo mientras conduce, intentando imaginar cómo será su reacción. Tal vez esté
-me pregunta c
lencio todo el camino. Asiento, aunq
de hablar. Tengo que decírselo, pero las palabras no qui
iendo que mi voz tiembla-.
ra. Toma mis manos entre las suyas, y po
ándolo. Necesito sacarlo a
embar
a hacia atrás, como si le hubieran dado un golpe. Lo veo fruncir el ceño,
a baja, casi un susurro, pe
quebrarme. Las lágrimas empiezan a arder e
sin saber qué decir o hacer. No se parece en nada al Samuel que conozco.
sto? -pregunta fina
, casi inaudible. Mi estómago se revuelve mientras lo veo alejarse de mí em
en sus ojos me sorprende. Este no es el Sa
ede se
un puñetazo en el pecho. No
apenas logrando ar
ás firme esta vez-. Debiste
esto? Samuel, mi Samuel, que siempre ha sido tan protector, tan dulce
oz apenas sale, y siento que e
Siempre hemos sido cuidadosos. Esto... esto no puede ser mío. -Sig
r qué hacer. Siento el calor de las lágrimas qu
ie más. Este bebé es tuyo -intento ra
esto los destruiría. Sabes cómo son. -Su tono es cada v
de contener el dolor que siento-. ¿Q
no puedo estar involucrado en
ar, en quién confiar. Samuel, la persona en quien más creí
n vacías-. Esto... esto no puede continuar.
r, pero solo veo a alguien completamente diferente, alguien que n
que dice antes de irse
sin control, y me doy cuenta de que estoy completamente sola. No tengo a dónde ir, a quién acudi
te a S
arro, no mentira. Lo nece
as po