Amor y tempestad
obre el escritorio junto a una rosa blanca y una pluma. El profesor observaba la
ubicado en el fondo del salón de Arte, justo detrás de Lorena,
uestros asientos, el docente aca
nto año que vinieran hoy para que podamos recuperar la clase que perdimos.
era reparado antes en su presencia. No entendía cómo no lo había visto en los recreos o en la entrada, si era exactamente el tipo de chico que me gustaba. Alguien que podría llevarme en motocicleta a un concierto de rock, pero que difícilm
do y cuando llegó a él lo arrastró hasta colocarlo exactamente junto al mío.
eguntó y su voz levemente ásp
e estuviera junto
ue no había escuchado ni una pala
a memorizar los finos detalles de su perfil. Tenía la nariz apenas respingada, lo que confería una pizca de ternura a su a
r de toda la clase
olvía a latir con más fuerza que nunca. Tardé una fracc
tuyo también
ra parecía una cara sonriente y su rosa tenía más bien apariencia de margarita. Aunque intenté contenerme, rompí a reír
-gritó el profesor
emasiado común. Sin embargo, si me casaba con él, podría tomar el suyo. De acuerdo, e
ue no volviéramos a vernos. Por
s en la plaza que está cerca del cole.
s con un escote pronunciado. Llegué a la plaza unos minutos antes de la hora pactada y como no lo encontré, caminé
dos amigos. Llevaba una campera de cuero que le qued
imidez y los tres m
con una expresión de
a clase de arte -respondí
-preguntó extendiend
o pasaba a saluda
nto, pero comencé a llorar en silencio mientr
e mi hombro. No me había dado cuenta de que me estaba siguiendo
no voy a saber quién
me presentó a sus amigos, Carlos, alto moreno y regordete, y Julián, que tenía una sonrisa traviesa detrás de un montón de rulos color castaño cl
a ser mejor que me vaya -dije al
-pidió él mirándome con
n mi casa -dije con pesar, pasándome una
, yo después te llevo a tu casa en auto. Vas a l
moría de ganas de viajar con él, no me par
ejar? -pregunté señalando las cinco botellas
que menos bebió y soy muy
Julián, acomodando s
Si sintiera que no puede manejar, no se arriesgaría a
oco más y a que después él me llevara hasta mi casa. Cuando abandonamos la plaz
ien y que me llevaban en auto. Su respuesta fueron tres emojis
ó Gonzalo Aranda abriénd
o escarabajo, pero para pertenecer a alguien de diecisiete o di
r debajo de la velocidad máxima p
speraba en la vereda con los brazos cruzados y una ex
as que ese
Mejor me
o y vergüenza arremolinándos
e mi culpa que se nos haya hecho
conocés... Va a ser
eaccionar. No imaginaba que pudiera haber un peor escenario que ese. Jamás había llevado un chico a casa y
llegar? -gruñó mi padre haciendo
o respondió de
s las ocho
padre que por un instan
ién es este
nzalo. Es de
vale tene
o rápido y sentí que est
que t
a está
a más que decir ni forma de arreglar la situación, por lo que s