Lágrimas de la Luna: Bailando con los príncipes licántropos
vista d
Tenía mucho dolor en muñecas y tobillos. Me habían atado
Quién me hi
sal se clavara más en mi piel. "No te esfuerces, querida hermana", dijo Jessica con
estábamos en una estación de tren. El tren
mi padre y mi madrastra, todos con
nta de algo horrible: me esta
"¡Esto es injusto!". Mi grito resonó por toda la
omo esclava sexual a los príncipes, no
n una fingida amabilidad. "Los tres príncipes no son tan malos como dice
Si eso es cierto, ¿por q
postura. Después de un rato, se volvió hacia mi padre e
, Makenna. Jessica es demasiado joven para afrontar una vida en el palacio. Tú siempre
estrozaron mi ú
crueles y despiadados. Pero mi propio padre
querida hermana. El lugar de tu boda no será desperdiciado
bod
de agonía y odio. ¡Había estado a punto de
una pista de que él intervendría para detener ese absurdo a
ojos y me reí amargament
hombre sin corazón pudiera salv
za. Irene se impacientó con mis sollozos, así qu
d, me arrastraron, me metieron en
armados patrullar los carruajes.
como un clavo en mi ataúd. Mi único temor era que el tren se
el tren avanzaba. Justo cuando pensé que no p
ujeres, todas aterrorizadas. Era evidente que, al igual qu
arraba mientras pen
morirí
Pero cada salida tenía muchos guardias, y me sentía demasiado dé
ordenó una severa voz femenina. Entr
onar a las esclavas sexuales de los príncipes. Ahora quiero que todas se desnuden. Los príncipes ven
¿Desnu
delante de tantas personas era una pesadilla. Todas sentíamos el mismo terr
da con un soldado cercano, quien asintió, dio un paso adelan
ta, suélta
chó con uñas y dientes, pero el soldado era demasiado fuerte. La
a desnuda y acurrucada en un r
go. Di un paso atrás, con el corazón latiendo fuer
a espa
eníamos ningún valor, solo éramos objetos desechables para q
"¡Rápido! Quítense la ropa ahora o
miradas de miedo. Sollozando y llorando, comenzaron
apesadumbrado, cerré los ojos y empecé a desabotonarme
o en una subasta. Lágrimas silenciosas rodaron por las mejillas de
or, ahora quédense quietas y compórtense. Lo
Mi estómago se revolvió al pensar en que me exhibirían frente a tres hombres como si s
pasando sin que aparec
le gritó a una doncella cercana: "Averigua p
ndos después con una mirada inquieta. "Señorita
oto en la entrada. Un guardia gritó de dolor cuando lo patearon
pómulos altos y su mandíbula cincelada le daban un aspecto feroz. Era tan intimidante que nadie s
ba fuertemente por su mirada feroz. Hayley fue corrien
yan", saludó la mujer con