Lágrimas de la Luna: Bailando con los príncipes licántropos
vista d
k... Más fuerte.
ipal, con los oídos atentos. Todo mi cuerpo empezó a
ombre que ella repetía una y o
lo suficiente por la rendija. Mi corazón se rompió al v
iernas fuertemente envueltas alrededor de su cintura, con la respiración agitada debido al éxtasis. Su r
a Dunn, mi
to? ¿Cuánto tiempo llevaban temi
solo escuchaba el incesa
near lujuriosamente: "Oh, Frank...
cariño. Ten paciencia. Te marcaré una vez que me pueda deshacer del
omo una bofetada, arrastránd
ad, ahora le estaba prometiendo su amor a alguien más. Y no a cualquie
i pecho y borró cualq
cía, abrí la puerta con tanta fuer
e apresuró a taparse el cu
a su cintura y su rostro se endureció con una mueca. "Makenna, ¿qué
prano, Frank. Si no lo hubiera hecho, no los habría atrapado en mi cama, asquer
steria me consumía a mí. Mi visión se nubló de lágrimas. "¿P
ntrado, Jessica recuperó la compostur
i yo no existiera. Luego, se apartó y me lanzó una mirada venenosa. "¿Te
con aburrimiento. "Bueno, ya que estás aquí, dejaré todo en claro conti
stómago. La completa desfachatez y burla me hizo perder el
erno! ¡Bastardos,
s, y lo arrojé hacia ellos. Quería lastimar a esos cabrones con cada fibra
nk interceptó mi ataque y me presionó c
upió despectivamente. "¿Crees que
quedaba de esperanza. Mi mundo entero había sido destruido y n
importaba en ese momento: "¿Por qué, Fr
na risa cruel, se aferró a F
vas sexuales. Toda mujer soltera de este país debe participar en las pruebas.
lava sexual de los príncipes licántropos? No podía
s tres príncipes son monstruos brutales y despiadado
de nuestras vidas ahora me estaba entregando a los c
ace mucho que dejé de amarte. Ahora Jessica es la única que me importa. No me
mas, no olvides que sigues siendo mi pareja. ¿De verdad
eso no me quitará el
enenosas palabras, Frank se enderezó y
Frank Thomas, te rechazo a ti,
mi cráneo, más agonizante que cualquier otro dolor que hubiera experim
ía que caí de rodillas, precipitán
ue vi fue la sonrisa satisfecha y triunfal de Je