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Luna de Traicion

Capítulo 5 Una Noche de Lujuria

Palabras:2291    |    Actualizado en: 29/08/2024

a medianoche, pero ella apenas lo notaba. Había pasado las últimas horas sumergida en la preparación de una presentación crucial para una próxima fusión. Las líneas d

sus insinuaciones veladas y el creciente peligro que sentía alrededor de ellos, todo parecía haber cambiado la dinámica d

de que pudiera responder, la puerta se abrió lentamente

rolada pero con un toque de sorpr

a intensidad que no podía ignorar. "No podía esperar hasta mañana para

vo su compostura. "¿No podía esperar? Hemos estado aclarando cosa

eterminación y algo más, algo más profundo que ella no podía identificar del to

do entre nosotros, Damien? Porque hasta ahora, solo parece que estoy at

o. La proximidad hizo que Elena se sintiera acorralada, pero también algo má

a de emoción contenida. "Lo que está en juego es demasiado imp

aba, como si pudiera ver a través de cada una de sus barreras cuidadosamente construidas. Sin emba

o asegurarme de que no te conviertas en una pieza más en este juego peligroso. Y sí

s. "Confianza es algo que se gana, Damien. Y hasta ahora, todo lo que he visto es que estás di

lgo en su interior. Cuando los abrió de nuevo, su mirada estaba cargada d

esión; había algo más, algo que resonó en lo más profundo de su ser. La tensión en la sala se intensificó,

o cómo su voz temblaba ligeramente, traicio

decidido, la rodeó con sus brazos, acercándola a él. El contacto fue eléctrico, co

e Damien, el calor de su cuerpo, el latido acelerado de su corazón. Cuando él inclinó la cabeza hacia ella, no

sintiendo cómo él la sostenía con una fuerza que hablaba de su desesperación por no dejarla ir. Era un beso que no solo tr

con una intensidad que solo aumentaba. Elena sintió el calor subir por su cuerpo, su piel ardiendo bajo el

r de palabras, lo que siguió fue una oleada de lujuria que los envolvió a ambos. Damien deslizó sus manos por las caderas de Elena, levan

. Sabía que esto era peligroso, que había mucho en juego, pero en ese momento, nada más importaba que la conexión que

s y dejándose llevar por las sensaciones. El fuego en su interior solo crecía, alimentado por cada caricia, cada beso. Sus manos co

n, sintiendo la fuerza contenida bajo la piel. Su respiración era errática, pero su determinación

ó hacia el sofá que estaba al otro lado de la oficina. La dejó caer suavemente sobre los cojines, y si

e el vestido. La expectación se mezclaba con el deseo, y cuando finalmente sus labios comenzaron a explorar su piel, un

no tener fin. En ese instante, el mundo exterior dejó de existir. No había vampiros ni hombres lobo, n

piraciones lentamente volviendo a la normalidad, Elena sintió una calma que no había experimentado

ue acababan de compartir no era solo una cuestión de lujuria. Había una conexión profunda entre ellos

momento de debilidad, apoyando su cabeza en el pecho de Damien. Por primera vez

ue había encontrado una chispa de consuelo en los brazos de Damien, también sabía q

un respiro en medio de la tormenta que se avecinaba. El sonido de la respiración profunda de Damien, el latido rítmico de

s de la oficina, esa burbuja comenzó a desvanecerse. Elena abrió los ojos lentamen

aún ardía con el recuerdo de la pasión que habían compartido, pero su mente ya estaba empezando

go profundamente satisfactorio en lo que había ocurrido entre ellos, una sensación de haber derribado una barrera, de haber

Elena vestirse, un destello de preocupación cruzó su rostro. "Elena..." comenzó,

bía perfeccionado durante años en el mundo empresarial. "Damien, anoche... f

determinación. "No estoy arrepentido de lo que pasó, Elena. Pero entiend

xplicaciones. "Tenemos que ser claros sobre lo que esto significa. N

podemos ignorar lo que sentimos. Esto no es solo lujuria, E

. Pero se forzó a mantener la claridad. "Damien, si vamos a trabajar juntos, si voy a confiar en ti, necesi

ntendido. Pero quiero que sepas algo, Elena. No importa lo que pase, no te dejaré s

a siendo sincero, y en ese momento, eso era lo único que podía pedir. "Gracias, Damien. Lo que pasó

exión entre ellos seguía siendo palpable. "Tienes razón. Pero r

er a la realidad sería duro, pero no había otra opción. La vida que había construido, las re

resente, pero ahora estaba teñida por un entendimiento mutuo, una promesa no dicha de que, a pesar de lo que fu

ue la guerra entre las facciones sobrenaturales continuaría, que las decisiones que tomara en los próximos días serían cruciale

ima mirada. No hubo necesidad de palabras; ambos sabían que su relación acababa de entrar en un nu

vencia, y quizás algo más, había comenzado. Y mientras las puertas del ascensor se abrían

o est

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