Luna de Traicion
, la ciudad de Nueva York bullía con su energía frenética, pero dentro de las paredes de cristal de su despacho, reinaba un s
ar lo personal de lo profesional, Elena no podía evitar que su mente volviera una y otra vez a esos momentos de pasión desenfre
suave golpe en la puerta la sacó de sus pensamie
to. Lucian estaba vestido con un traje negro impecable, y su expresión, aunque cordial, tenía un aire de misterio que nunc
ner la compostura mientras lo observab
caba al escritorio de Elena. "Lo sé, Elena. Pero hay asuntos que ne
sentara frente a ella. "¿A qué s
avesarla. "He estado pensando en nuestra conversación anterior, y en la posibilidad de una alianza entre nosotros. He
ndo de ella, envolviéndola en una red de palabras cuidadosamente elegidas. "Confianz
mper la distancia física. "Pero también sé que eres una mujer inteligente, una mujer que sabe reconocer
ncontraba. Por un lado, estaba el deseo visceral que sentía por Damien, una conexión que había experimentado de una manera intensa y casi primitiva. Pero por o
ucian?" preguntó Elena, su voz firme per
sición de poder que nunca antes has experimentado. Juntos, podríamos controlar sectores que hasta ahora han estado
palabras. Sabía que Lucian no era alguien que diera algo sin
sobre Damien Wolfe, sobre lo que realmente es y lo que representa. Él te ha contado solo una parte de la historia, la parte
estaba siendo manipulada, pero la oferta de Lucian tenía un atractivo que no podía negar. La posibil
verdad, Lucian? ¿Qué ganas con esto?" preguntó E
ano la oportunidad de mostrarte que no todos en este mundo están destinados a traicionarte. Quiero que veas que
os como una corriente eléctrica. Sabía que estaba jugando con fuego, pero
contigo?" preguntó Elena en un susurro, su voz
tre sus cuerpos. "Entonces, Elena, descubrirías que el mundo es mucho más grande y más oscuro de lo que alguna
algo en él, en la manera en que la miraba, que la hacía sentir vulnerable y poderosa al mismo tiempo. Er
d de su noche juntos, la conexión que habían compartido, y no podía evitar sentirse di
podía dejarse arrastrar por las emociones que ambos hombres despertaban en ella. "Lucian, lo que ofre
a. "No espero menos de ti, Elena. Tómate el tiempo que necesites, pero recuerda que el tiempo no siempre e
en una encrucijada, que las elecciones que hiciera no solo afecta
"Solo quiero que sepas que estaré aquí, esperando por ti, cuando estés
ligroso, que su poder radicaba en su habilidad para seducir y manipular, pero también sabía que había algo en
dijo Elena, su voz firme aunque
o lentamente. "Nos veremos pron
s. Mientras la puerta se cerraba detrás de él, Elena sintió una mezcla de alivio y confusión. Sabía que de
n su mente, y se dio cuenta de que, aunque había logrado mantener su compostura, la batalla in
gros, pero también lleno de posibilidades que nunca antes había considerado. Y mientras la noche comenzaba a caer
udad comenzaban a encenderse, marcando el final de un día que había dejado su mente en un torbellino. La conversación con Lucian había dejado una impresión profun
comprender. Uno ofrecía protección y un sentido de conexión que la hacía sentir viva de una manera que no había experim
inando sobre una cuerda floja, y que cualquier paso en fals
reau entrando en la oficina, con la preocupación dibujada en su rostro. Izzy, su leal asistente
reguntó Elena, tratand
rmes que creo que deberías conocer. He notado que Lucian D'Arcy ha estado haciendo movimientos en sectores donde antes
u pecho aumentaba. "Lo sé, Izzy. Lucian vino
él. Lucian juega un juego peligroso, y siempre tiene una agenda oculta. Si te está
ue sentía. "Pero no puedo simplemente ignorarlo. Hay algo en él...
n está en movimiento. Sus contactos están aumentando en la ciudad, y su gente está más activa que nunca
re dos fuerzas poderosas, pero escuchar a Izzy confirmar sus temores hacía
uedes permitirte ser una pieza en su juego. Usa lo que te ofrecen a tu favor, pero no te dejes atrapar
s. Sabía que Izzy tenía razón. No podía permitirse el lujo de confiar c
necesario para proteger lo que es mío. Pero necesito que estés atenta a cu
edad de la situación. "Cuenta con e
edad se hizo más intensa, pero también fortaleció su resolución. Sabía que no podía permitirse ser dom
a, sintiendo el peso de las decisiones que tendría que tomar en los próximos días. Mientras el ascensor la llevaba hac
, y Elena salió al vestíbulo, que estaba casi desierto a esa hora. Sin embargo, cuand
enue del vestíbulo. Sus ojos grises la observaban con una intensidad que la hizo detenerse en seco. Había algo en s
antener su tono neutral mientras s
uviera evaluando cada movimiento. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, tomó su mano, su toque firme
ectaba de una manera que no podía ignorar, y aunque su mente le gritaba que debía manten
mien?" preguntó, su v
cerca de ti, que te ha hecho ofertas. Quiero que sepas que no estoy aquí para decirte en quién confiar, pero
ente de que había más en juego de lo que él estaba diciendo. "Damien, sé que hay cosas que n
la relación que tengo con Lucian, que son más complicadas de lo que puedo explicar en este momento. Pero lo que necesitas
as palabras no dichas, las sombras de secretos que aún estaban ocultos entre ellos. "Dam
abello. "Lo sé, Elena. Y te lo diré, te lo prometo. Pero por ahora, solo te p
llevar por la conexión que sentía con él. Pero otra parte, la parte que había aprendido a sobrev
llegado hasta aquí tomando mis propias decisiones, y seguiré haciéndolo. Pero si realmen
ran alcanzado profundamente. Finalmente, asintió. "Lo seré, Elena. Te lo
e acercó a él, apoyando su mano en su pecho. "Damien, no necesito que me
cho, su mirada suave pero decidida. "Estoy a
s encontrando los de Damien en un beso que fue tanto una declaración como una entrega. El mundo alrededor
ndimiento silencioso. Elena sabía que las cosas no serían fáciles, que el camino por delante estaba lleno de
ó Damien, su voz baja
ía permitirse olvidar las sombras que se cernían sobre e
su lealtad estaba lejos de haber terminado. Pero con cada paso que daba, sentía que estaba un poco más cerca de descubrir en
eaban, Elena estaba decidida a no dejar que la oscuridad l