El Secreto del CEO
Acaba de po
rad
ficamente en el comedor, disfrutando
renda, ¿cómo pa
importa es si fui o no visit
punzante hoy,
Mie
olo que estás equivocada, me preocupo por tu
ano a la boca – perdón, no quise ser a
r te llevará al banco y luego de compras, yo no te podré acom
laron los ojos de Mateo – ¡Oh!, pero descui
preguntó un p
¿E
de la cocinera, me
desde cuand
que reportar a cada
Brenda, solo me
– hizo una pausa – ¿p
o está de vacaciones a pasar con su madre y la ayuda en la cocina, cua
é a decirl
corriendo a la cocina para p
Dijo a
ué tal le fu
bien, pues como un angelito, aun
Aun
ado a punto de contarle lo que acontecía, eso la hizo dudar de si era o no buena idea entablar una amistad con ella –
quiera, pero de las pastillas no
diré más. Muchas gra
e estaba despidiendo y comenzaba a refrescar. Al pasar por el
as a ir
a mi situación, no sería bueno
ando como toda una dam
e gu
a esa faceta n
ra, me voy
chofer la llevó de
cuso, soy el gerente del banco, su esposo, el Señor Amery, me
so – y estrechó la mano
a estos documento
ndía lo que estaba leyendo, cuando no era así, lo único
de dinero que estaba depositada, al ver la cifra casi se des
Mancuso – se los
iré a dar la orden y volveré con ella – se puso de pie – ¿desea que le traigan algo de beber, un
é bien, aunque sí
igan de inmediato –
uerta detrás de ella, no volteó, pues seguramente era el café
ese sonido que la paralizó. Los latidos de su corazón se aceleraron incontrolablemente. Intentó levantarse y salir corrien
a confesión lo era. Su cuerpo comenzó a temblar de manera descontrolada, no era ca
lo ru
rte el amor en esta mesa mientras froto tu trasero contra estos papeles
o n
en paz aquí e irme, pero esta noche volveré por lo que me co
cuerdo nad
bien que lo disfrutaste,
s impos
por aquí – interrumpió el g
o, ¿qué
a mi oficina? ¿
udarla – se inclinó sobre ella y le propinó un beso en la mej
de espaldas
os har
pedida parecía normal, pero él tenía que p
renda, es un descarado, ¿qué p