El Secreto del CEO
lo 3 –
rad
a que se encontró con el perfecto. La joven estaba realmente asustada, no tenía idea de lo que le depararía el futuro, la única certeza que tenía era que se casaría con un hombre que no conocía, bastante mayor que ella y paralítico. Cuando llegó el mome
laro mari
ajó la mirada para ver al hombre que yacía a su lado sentado en la silla de ruedas. Este la cogió de la mano y se march
ia, todos hablaban con Mateo pero nadie con ella, ni siquiera la miraban. Se sentó en el lugar destinado par
puedo llamarte así?, es que soy primo de Mateo así que
, soy Brenda – y l
ires a la habitación Br
– miró a Jor
Brenda, espero qu
la ama de llaves y se fue a la casa con e
ró el señor, elija que ponerse, la dejaré sola, si nec
has g
rabajo –
ó en la cama. Ella estaba tranquila porque le había dicho Clara que ese dormitorio sería solo para ella ya que Mateo dormía en uno al fin
tó, pero su b
e con cariño, soltaré tu boca, pero n
ted y porque e
elo de Mateo y he venido a pa
o me cas
rás su esposa, pero a l
– pregunt
notado tiene un pequeño problema con eso,
se volvie
e de la cama, pero
me da lo mismo si tengo que forzarte, de ti dep
ejar que me
está todo arreglado, así que empece
nos al cabezal de la cama. Comenzó a subirle el camisón, ella se estremeció ante el suave roce de la seda sobre su piel. Las fuertes manos comenzaron a recorrer su cuerpo, hasta que le pasó la prenda por s
tras la besaba le metió la mano por debajo de
as muy mojada, cualquiera dirí
ico, ya déje
o dije, tengo una tarea la c
las bragas y la obli
lo que m
a – fue bajando lentamente mientras pasaba sus labios por el
s labios inferiores generand
No
or irresistible
y, se l
no voy a detene
a que vio su espalda arquearse y su cuerpo llenarse
Yo
eres tú, es tu sabor, ¿a que es delicioso? – Brenda temblaba ante lo que sospechaba que se venía – tranquila, no es necesario que tiembles, no voy a montarte, no hoy al menos. S
Qué paso al