El Secreto del CEO
4 – Como
en
ara. Sentía pánico y cuando me dijo que haríamos el heredero que necesitaba mi esposo creí morir, yo nunca había estado con un hombre y no creí que lo fuera a estar, menos esa noche, pero allí estaba siendo atacada por unos abrasadores labios que quemaban mi piel. Cuando metió su lengua en mi boca, al principio me resistí, pero luego me entregué, pues reconozco que me terminó gustando. Pero al meterse en mi entrepierna, me hizo ver las estrellas. Yo había escuchado mucho hablar del se*xo oral, pero no creí que fuera tan magn
z
í, así que no se me ocurrió mejor idea que casarla con Mateo. De esa forma la sacaría de allí y la tendría toda para mí hasta que me aburriera, cosa
ar, así que hice lo mejor que se hacer, darle placer a una mujer, esa chiquilla lo disfrutó, ¡vaya si lo disfrutó!, aunque se resistió y me rogó porque me detuviera, al final sucumbió y estalló en mil pedazos en mi boca sobre mi lengua. ¡Qué exquisita criatura era!, seguro la iba a disfrutar mucho, mi primera meta sería lograr que rogara porque me metier
rad
entía sucia, era la primera vez que tenía un orgasmo provocado directamente por un hombre y nada más
en el comedor para desayunar, así que no se d
sa mujer era muy tosca y
unos zapatos bajos, "no está mal" pensó. Cuando llegó al comedor, se ruborizó tanto que su rostro le ardió, si bien no había podido
dormiste anoche? – su voz
spués de la visita de su.
l desayuno iremos a mi estudio y allí hab
berlo hablado antes
tenía que arreglar
tanto coraje?, un solo orgasmo y ya se sentía empoderada – perdón, no debí haber l
igió a su estudio seguido por Brenda, quien
que hagas eso, yo
o quise m
vez
me de usted, se supone que eres mi esposa y no est
rat
iene que ser en privado, odio el cot
por su
asara y antes de los 35 tuviera aunque fuera un hijo, sino todo pasaría a un fideicomiso. Como verás, es imposible que yo pu
pone que p
o firmado, si no quieres que ella pierda todo y tu vuelvas a una vi
ante de noche! – y salió d
rían un trato así?,