El Secreto del CEO
Inseminació
en
no me respondía a ninguno de sus teléfonos, todos me decían fuera de servicio, estaba enloqueciendo. Me sentía aún más sola que antes, no tenía con quien hablar ni a quien pedirle ayuda. Pasé todo el día encerrada
nas tardes, ¿
dio un beso en la mejilla – lo que no recuerdo
suele pasarm
amente recordé lo sucedido con Izan y me ruboricé – bueno no es necesario contarme los
a de eso, es solo que...
parte – y sonrió, tenía una sonrisa cálid
tú? ¿viniste a
eír frente a su sarcasmo, también reí, de pronto timbró su teléfono móvil – estoy en el jardín, si ya subo – lo guardó nuevamente en su bo
xima vez venga
será exclusivamente para verte a ti
rad
te claro contigo, cuando te dije q
uien vino a saludarme, ¿q
blemos d
algunos asuntos de las empresas, pues
o que vay
ue eso es
la planta de procesamiento el lunes y la de reciclado el mar
que Izan se pr
arás a
compl
que empezar a verte
lunes iré
noche hice que
lto loco?, ¿e
lo está
omo p
contar, es algo que
bes que so
elicado y prefiero que no
erf
tas algo
on todo lo que eso requiere y la
detuvo en la puerta – y ten mucho cuidado, no sea cosa qu
o vale la pe
retirarse, pero fue en vano, el joven salió directamente por el garaje. Ella
usta el
tó de sonar natural, p
tienes que t
o miedo a ti. No me gusta e
la se las retiró – solo necesitaba una esposa y te vi tan frágil a merced de esa mujer
ta que involucr
se lla
uro que me acuer
eredero y solo
esperma, si es que el tuyo no sirve, y hacerlo, yo hubiera aceptado gustosa, pero lo de anoche... – dejó caer
fue m
refieres con eso d
a que no
?, no me digas que de mi
e I
an? – ca
e la inseminación artificial, pero él se negó rotund
permites que
e debo pagar si q
precio
os, ¿tú crees que estoy feliz d
ciera
nativa y a ti no te queda otra c
le digas a tu hermano que será a la fuerza o no será, q
s, cuanto más lo hagas
me estés pidiendo q
do ese Mateo, ustedes que