Un alfa arrepentido: vuelve a mí, mi luna
a
ión. Habían paredes brillando y puertas de oro, por no de
como la de lobos. Yo seguí al alfa, porque técnicamente era el ú
culo de la diosa, y eso lo volvía una persona confiabl
itación -habló, sepa
arados? -cuesti
r lo menos deberíamos c
S
mbre má
belleza me tenía hipnotizada. Esa nariz respingada se veía perfecta de pe
quirió, sin que nuestr
se dio
. La vergüenza se apoderó de mí y no hice más qu
o iba a evitar perderme? Si ninguna tenía
tuvo algo de
entrar-. Tengo que decirte ci
í el
tanto lujo que me sentí cegada. Hasta la cama m
res? -pregunté,
lé h
momento. Parecía que nin
. Te mantendrás aquí hasta que yo te nec
é varia
haber firmado ningún acuerdo de ese tipo
lase baja, pero no fue algo que yo p
sacando su mano del bolsillo-. Tampoco t
severé, en un bufido-. Alfa Caleb... No creo
ores en los alrededores y hasta que no los aniquilemos, no
palabras, pero mi corazón dio un vuelc
acue
hombres lobos. Eran seres humanos que sabían de nue
na, en donde se te dará la bi
to punto lo consideraba sexy, pero también era
acaté, incliná
sa enorme habitación a la que no me acostumbraba
aba era la reacción d
ió el mismo
unto me vol
el vínculo de la diosa Luna, eran mi parte fav
ultara ser una humana, tendría a m
o, desde que ambos sintieron esa e
sería d
.
mandó para prepararla -Una mujer
nueva vida que me esperaba. Detallé a la mujer, que tení
r, y por un momento creí sen
imaginé que tuvieran sirvien
pero, ¿ya tomó un baño? Sino, déje
mano en forma de par
n vestido para usted -ex
ar. Pensé que estaba vacío, pero me quedé boquiabi
é mome
í que es cal
ayudó a vestirme. Fue un poco extraño hab
o la luna del alfa, deb
pero Caleb es un poco... -
abriendo los o
so... -pedí, t
r sus emociones, pero se preocupa
sirvientes sea un claro ejemplo d
omegas y nos tratan mucho mejor que solo siendo simpl
iend
por derechos que no eran míos. En cuanto terminamos
nos -
bre a la pelinegra, cuan
pasillos que parecían interminables y
clipse era muy pequeñita en comparación. El bullicio solo me daba más an
-informó un hombre de los que
ada -comentó el castaño, con seriedad. El ambiente era frío y expectante-. Mi
n mis oídos. Pensé que me quedaría sorda, p
cómo me esta
comer. Habían varias mesas de banquetes con la suf
o, sí te preocupas por mí -le dije,
un sorbo de vino-. Hay que mantener las aparie
vé una mano a mi pecho porque nunca pensé q
, ¿por qué me dolía tanto? ¿Por
cuestioné, buscando consu
sé que sentiría un mejor olor vin
hasta aquí? -mascullé, c
esopló-. Eso no significa que esté enamorad
pensarlo dos veces, me levanté, golpeando la mesa. Por suer
l baño
o qu
la habitación. Las lágrimas querían salir por
staba deja
z femenina detrás de mí me
sobre todo por su claro escote que resaltaba sus atributos. Tenía el cabel
creo que nos co
ire y soy una exploradora de la manada. Te vi sali
qué lo
leb -resopló, con una mano en la cintura
s eso? -Apret
n antes de tu llegada -soltó-. Es normal que actúe así.
lo que estaba. Esas palabras d
an p
plicó-. Tranquila, no seguiremos con eso por
. Mi mente estaba en blanco y sabía que no tení