La obsesión del mafioso alemán
ítu
mano para ayudarme a bajar las escaleras que dan a la primera planta del edifico. Por la muerte de Fra
ha sido un total fracaso. Erick responde el teléfono, me
gue en el teléfono. Me señala con el dedo para que ha
ación me tiene totalmente agotada y si fuese por mí desde hace mucho tiempo estaría en e
ina está en buenas manos-cuelga sin dejar de mirarme. Se guarda el móvil en el bolsillo de su pantalón clási
s ojos ¿Desde cuándo tiene
-. Suelto las palabras llenas de venenos.
ero hacerlo contigo? -suelta una risa burlesca-Ser la mujer de
ra un taxi con un silbido ensordecedor, agacha mi cabeza con brusquedad para que me meta. El hombre nos queda
sí solas. Si Franco está muerto y Gian Luca sabe quién fue, habrá una guerra sin fin. U
l parecer ya hemos llegado y como andaba divaga
baja la mirada hasta mi pecho, cintura y encorva su espalda hasta llegar a mis
y sonríe co
ero ni imaginar a cuantas personas habrá tenido que matar para vivir en un lugar así; una mujer vestida formal nos recibe, le da una tarjeta a Erick
s ojos azules me
vive aquí-a
Qué
Sabrina, pero
tan rápido que ni siquiera he sido capaz de mirarle. Mis pies abandonan el piso, Erick
uerta de su residencia, su pecho pega en mi espalda. Trago grueso al sent
l lugar. En este sitio no hay paredes de concreto, todo es de vidrio. -¿Adler
-habla como si mis pr
n mal porque sigues trabajando para el al
culo como tú-me levanto del sofá, le quito el vaso
o de naranja y al parecer uno muy pegajoso. -¡¿Qué haces niña?! ¿A caso eres idiota, Sabrina? -no lo soport
res lujos y te estás equivocando conmigo, no me toques los h
le digo que... -aplaud
ntra la mía. ¿Quién podría hacerle algo al hombre que mató a uno de sus enemigos? -mi barbilla tiembla-Ahora que Adler s
jillas-No conoces mi historia
ero es hacer mi maldito trabajo bien y ganar todo el dinero que pueda ¿Entendido?
hacia donde él señala y cuando cierr
a realidad es otra. Fui obligada a casarme con él contra mi voluntad. He sido ultrajada infinidades de veces
beza en la
toalla en mi dorso para cubrirme. Medio abro la puerta para ver si algo sospechoso sucede. Un jarrón cae al piso y quiero morirme al ver a una mujer mo
frecuencia de lo que pienso, para acto seguido meterse con ella en su cuarto, camino hacia afuera con pr
iseta negra y un bóxer que ni muerta me voy a colocar; así que decido u
norar los gruñidos de Erick dentro de su habitación. Desde aquí p
. Me quita la copa de la mano para servirse él también un poco. La mujer sale minutos después ya v
amor? -me mira
ocable-vaya. La mujer esboza una sonrisa malicios
solos d
óxima vez que quieras coger, por favor que
no escuchaste sus gemidos? -se coloca delante de mí-Espera...
ciento de las mujeres ha fingido un orgasmo para no tira
bía tenido que cuidar a un dolor de huevos como tú? ¿Te crees la gran cosa por
ta y me encierro
co
escuchando cosas así, quiero poder decidir qué será de mi vida, qui