La obsesión del mafioso alemán
ítu
na Sc
ida placentera y llena de las cosas
s en la parte trasera de un coche, mientras el hombre que amaba y yo veíamos las luces de la ciuda
ado tanto a, aunque el pie
se mueve un poco sobre su silla giratoria, mientras saca un puro de uno de
, señor? -pongo l
Qué harías en mi posición? -miro al guardaesp
ría que sedujera al nuevo jefe, luego ofrecería más dinero por ella cuando la estén subastado y así ambos colocaríamos las bombas en la habitación
o la
de todo esto; no puedo saber qué es lo que está pensando. Si nad
da-¡Valió la pena todos los millones que te he dado! Pon el plan en marcha. Necesito que pre
me levanto para servirle una copa de escocés al mafios
él? -Adler
-lo s
agarra mis mejil
ré a Dimitri que lo asesine. -me sienta en el borde del escritorio-No
... el jefe del cartel va a querer proba
a y terminaré matándolo antes de tiempo ¿Me entiendes? Esto es muy importante para mí
ent
mi rostro. Una mujer morena arregla mi cabello, cambiando el castaño por el rubio claro con una peluca de alta calidad. Adler abrocha un collar de diam
rojo vino sobre mis labios, Erick se ha ido hace una hor
. Tomo la cartera Chanel que Dimitri me pasa, el alemán se coloca delante de mí, intenta besarme
cta-le da una palmada a m
ña pistola que guarda en el bols
puerta que da a la cocina, allí te iré a buscar... recuerda Sabrina n
papel de mi asistente me toma la mano para que salga. Una alfombra roja que da hacia el establecimiento se llena de per
r. El lugar es enorme. Hay mujeres en lencería erótica por todos lados. Aquí nadie simula que viene
lto de ojos verdes y apuesto me recibe dándome
-espeta intentan
delante de ellos-Lo soy ¿Tienes duda de
el dedo índice y niego. Paso mis ma
ellizca mis pechos. -Acabo de llegar a la ciudad ¿Le vas a quitar la diversión a las cosas? -al italiano se le vendió la idea de que era una puta de un ex mafioso que a
la mano para llegar hasta la zona top del burdel. Mujeres vestidas por completo de cuero y correas nos traen las bebidas. Me subo en una de las mesas p
ara mí y los meto en mi ropa interior. Los hombres me miran co
mbres rodear a Erick y caminar hasta donde est
ecable. Lleva puesto una americana azul cielo con camina blanca. En su cuello luce una caden
favor-le pide
el mio letto. -dice Erick en
ro la quiero y
gemido para no llorar. Me siento en sus piernas y jugueteo con mi
sta él con un movimiento sensual. Le beso la mejilla, el cuell
Benassi suena en el fondo. Muevo mis caderas de un lado a otro en forma de círculos. Mis mano
ara luego agitar mis caseras. Mis piernas se mueven al compás de la música. Ahogo un
musita simulando un
se me or
mira. Observo sus ojos azules, para lueg
ta, ya yo estoy muerta
tida de rojo le pide a Erick que lo siga, pero antes el italiano le pregunta su nombre antes de
del vestido apenas la mujer nos deja solos. La habitación tiene
n el techo hasta llegar al piso. Velas aromáticas de color
erlo quitar la correa de su pantalón. Muerde su labio inferio
haces? -r
ca. Deja la americana a un lado. En el techo de estuvo hay una protuberancia que
ra, sin duda alguna ninguno de los dos cabes allí.