UNA CERVEZA Y ALGO MÁS (II)
u filosofí
, cuando el licor calma
icos pasan de
s todo lo qu
s tu fi
ido que muchas veces le molestaba, pero ese día no. Había estado emocionada con ese día, contándolos y aunque muy dentro de ella, sabía que era imposible ganarlo, se
, no pan
no, había estado en su estudio hasta que los habían llamado a todos para dar el nombre del encargado de ese mes,
bía l
e felicidad, alrededor sus compañeros más cercanos rieron, apla
de ese lugar era esplendida, tenía un vistazo de la ciudad, su parte favorita era
d de los
rando que continuara-. Ningún ser normal puede crear tanta belleza e incluso de los lugares muertos. Los fotógrafos captur
los escritores, tiene de uno en especial -la joven trató
vidas en los libros, que la vida que han perdido en el c
ersonales -Caro recordó los libros que su amiga tenía en sus estantes-. Est
su nombre y se lo tendió. Caro, con dedos temblorosos lo abrió y sacó la única hoja A4 que había, soltó
iosidad de sus ojos y la fuerza de sus man
te M
do c
eza? -inquirió y Marite son
ra empezar. Eres inteligente, Caro y estoy segura que admiras la belleza -el celular de e
a con Leo, él terminó pidiendo un café cargado quejándose de no haber dormido nada por su pe
su rostro, Caro negó mordiendo su labio con fuerza-.
. Es algo más, vo
unas cuantas cuadras, mirando el celular cuando se detuvo al ver que estaban arreglando las calles, t
ción, pero su ensoñación duró poco cuando vio que el tren se acercaba, agradeció y corrió hacia la estación, dejando atrás
a de miel, pero quería compartir la notic
5:2
embre, haré la sesión holográfica repr
ra 5:
es increíble en lo que haces. ¡D
5:3
mongola. ¡Gracias,
ra 5:
besos y te desea
enial,
play a su reproductor y la voz de Halsey sonó en los pequeños altavoces. Movió sus hombros al ritmo de la canción, recorrió
lar que no se dio cuenta quien estaba atrás de ella, así que se giró topándose con los ojos oscuros de Renzo. Él alzó las cejas, una sonrisa e
a tratando de no gemir bajito por aquella acción-. ¿Cómo va
, la joven se dio dos palmaditas por el logro, pero terminó dá
po y ella se quedó fría por la acción, sintien
ar sus manos del cuerpo de la chica, pero al ver como ella aclaraba su garganta, lo hizo, pero muy lentamente. El tatuador
ustó. Caro era ese tipo de chicas que sonreían, pero que te advertía que tú no eras la razón del brillo de s