or. Su largo cabello, echado hacia atrás, cubría la espalda desnuda de su camisa de
al cielo al ver que no había nadie, así podría ir directamente a la última plant
los últimos meses habían sido difíciles, y todos los que vendrían a partir
el que había estado y en el que posiblemente viviría toda su vida. Dejó sus cosas por el camino mientras buscaba a
r los dioses del cielo y la tierra, ¿por qué iba a s
encontrar al hombre de sus sueños. Había un
diciendo que la había echado de menos, que estaba de
su regazo, lo miró con a
de nostalgia, ah, t
conversación fue
las miró una a una, antes de
, y estoy segura de que no va a renunciar a mí. Conoces a tu hijo
nos que bailaban entre las suyas, tan pequeñas y delicadas, pero que sabía
ca, ella sabía de lo que era c
e nuevo-. Él sabe que ahora amo a otra persona y ha aceptado dejarme libre para amar a
hijo, pero él entenderá a quién perteneces ahora, para bien o para mal. Quédate conmigo para