EL MAL DE LOS BUENOS
ste al
rada -comentó el oficial Raymon
a a la señorita Sullivan, daba sus indicaciones
bebé, vigila bien que las cuid
ten
gar, el oficia
o todo esto por ella? ¿
responder. Y era mejor no hacerlo
specífico, necesitaba encontrar una forma de comu
de allí con una idea en mente
tres personas que atravesaban la puerta
con el director de la estación, quien usaba el uniforme correspondiente a su cargo, camisa blanca y pantalón negro, enarbolando chapas y condecoraciones, siendo el mismo hombre que le colocó la misión de ubicar y traer a Sofía. Pero no venían solos.
me -bromeó la mujer, lanzand
le que estuviese presente el director, pero no lo
-se atrevió a decir, provocando que lo
bía poner un alto al oficial si éste no quería
recerrados y una mediana sonrisa. Se acercó a la da
e retirarse, nosot
da con impotencia, sentimientos que pro
erpo-, pero la detenida ha reclamado tener frío desde que entró a la sala
untos Internos? Debería prestar atención, ¿cier
labios cerrados, ap
precisamente por eso l
ector
zgo-. No perdamos más tiempo. -Él abrió la puerta aledaña a la de Sofía, siendo ese
e que la puerta fuese cerrada. La mujer policía entró a la sala, siendo ella la encargada de dirigir el interrogatorio, pero eso él no lo vi
negro hecha con tela impermeable en el ex
encontrarse solo, sacó de su bolsillo fr
ecir cuando declarara el serial de esa plan
haqueta y salió de allí directo a una de las máquinas e
ó la puerta donde se encontraban los dos hombres, con la idea de
hemos colocado esposas. Lo único que queremos es que nos expliques detalla
nta bancaria que el propio Gael me dio para los gastos de nuestro hijo. ¡Él mismo me entregó la tarj
tomaste el dinero luego de
a tuvo dinero
trégale eso.
dato, intentando que aquel no notara que
su escudriño y experticia, Vos detectó actuación y quiso saber, como ninguna cosa antes, el porqué ese tipo le regalaba e
ofía defenderse, su rostro
orprendiendo un poco a la mujer policí
entras colocaba el vaso de café sobr
usa los bolsillos -le susurr
Tenía frío, agradecía toda la atención, de hecho, la hacía sentir que no
ada, pero sentía tal presentimiento, como un medidor de su inocencia, y una de las cosas que más odiaba era la injusticia, palabra que le había generado problemas en esa estación. Lo
ncipales y sacó de nuevo su móvil para comunicar
e me hagas u
culpable, tampoco unos literales nervios manifestándose. Ella estaba comprendiendo su cue
n? -le preguntó
quiero que es
l café. Sofía, estamos aquí para
por fin, colocándose la gran chaqueta que de inmediato e
aquel hermoso hombre vestido de uniforme se le ace
hacia su regazo para descansarlas allí, cuan
os», recordó aquel consejo mientras toqueteaba el interior de la p
removió como si estuviese sintiendo alivio, lo único que
qué sacaste dinero
el me dio una tarjeta de débito y me dijo que dispusiera de ese dinero para los gastos de
oral. Imagino que sabrá de qué trata esa manutención, una que dejé de recibir tras la pandemia y es por eso recurrí a la tarjeta para ver si por fin él había hecho el tan famoso depósito que prometió. Efectivamente, revisé en el cajero aut
aste al señor Cli
o existiera la posibilidad de comunicación entre nosotros, entendí perfect
reció extraño que, existiendo esa carencia de dinero para con el niño, apareciera dinero de la n
úmero. Llamé a su casa, nada. Llamé a la de sus padres, nada. Fui al supermercado y compré las cosas, luego fui a su apartamento y el conserje del edificio me dijo que no había nadie allí, que él se fue de viaje y no regresaría pronto. Fui y dejé una nota en casa de sus papás para que le indicaran que gasté los dólar
je de ejecutiva se inclinó hacia del
ó y se la mostró a ella-. Este es el último estado de cuenta, puedes ver la fecha en su parte superior. -Señaló la zona con un bolígrafo. Luego a