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ATADA AL ENEMIGO

Capítulo 3 Día de la lectura del testamento III

Palabras:2486    |    Actualizado en: 07/03/2024

ectura del

de que éste cometiera una estupidez. George se percató muy bien de las mirada

beza dirigidas hacia la mujer que dejaban sola. Ella entendió perfecto lo que George ped

se acercó a la dama que aún no

CEO a través de una puerta aledaña que conectaba ambos

orporación se vo

serio es

a por el estado, así no sea subsidiada. Además, sabes lo que significa no cumplir con las leyes de una empresa que no

ien sabían que las paredes eran insonorizadas. En ese momen

ue lo que sugi

ejas ante la preg

uería ni

e lo risorio, a lo estrambótico—. ¡¿En verdad sugirió que ella y yo nos casemos?! —Maximiliano echó dos pasos hacia atrá

M

me jodas! —exhaló con un

hacia un pequeño bar. Se sirvió un

en el lío en el que estaba metido. O en el

u vaso, pero decidi

a vuelta para enfrentar a George, quien seguía de pie, con sus brazos en jar

o. No tiene mucho sentido querer joder a alguien de f

do el contenido y dejó el vaso sobre el pequeño bar de madera con un sonido seco—. Sabes que ese hombre estaba pr

mate. Y b

rda es ins

exhaló una buena

ombre quebrado que le da su herencia a un cont

estar eq

ico, pero existen los

estar eq

drá quedarse con nada tuyo, ni siquiera

aquí? ¡¿Casarme con quién?! Ese maldito de Davison es un retorcido y lo sabes. Siempre estuvo loco y hoy… —Gruñó

eso solo incluye asistir a unas cuantas reuniones, me he fijado que los cargos de los demás asociados siguen en actividad. Recuerda que hablamos de un país diferente,

nte

nfiables sean esas personas para llevar la empresa por sí sola. Si llegan a estafar, despiden existiendo inamovilidad o incumplen con cualquier ley, quien tendrá que respo

había investigado? ¿Cómo es que no su

eguro que con todo lo que estaba sucediendo, aquella fue una invest

no de los sillones de la pequeña sala q

se sentó d

ne sentido…

sentó en la orilla de un

importa. ¿Deseas construir ese hotel exclusivo? Lo conseguirás. Será la mejor inversión de tu vida, ganarás millones y no de Euros, sino de Libras. Tienes la solución en tus manos, Bastidas, solo debes cumplir por un año, casarte solo en documentos, no significa nada, siempre y cuando hables con ella —señaló hacia la puerta que atravesaron hace minutos— y le dejes bien e

*

más cercana al ventanal que rodeaba la sala de juntas. La secretaria del CEO d

ientes

ntes de regresar la vista hacia el paisaje, un

lón, de punta a punta, así como su piel, e

ía qué estaba ocurriendo y ya debía tomar decisiones d

idió él cuando vio

ue hablar y los dejó solos en la inmensidad

ó se la silla y le enfrentó,

r de una de las sillas que rodeaba la mesa de reuniones. Su mano izquierda

ió largo, hasta que Max decidió emitir sus pregunta

gó grueso—. Puedo despedirte en un segundo por habernos menti

dolos nuevamente—. Señor Bastidas —él sonrió si

eres la hija de un millonario inglés que i

ambién intenta joderme a mí —se atrevió ella a decir, retractándose por hablarle así al hombre que

s? Antes lo hacías. ¿

o cor

pitió Max, acercá

ios gracias a todas las debacles vividas en meses anteriores, lo que menos quería el CEO de esa corporación era meterse en más líos. Y acababa de introducirse en uno verdaderamente complicado, atípico, inesperado. La desconfianza que le acompañó en cada camino de su vida desde que resultó ser uno de los emp

con tu verdadero apellido. Estoy seguro que jamás hubiese

ños y creo que he hecho bien mi trabajo. No soy la hija de nadie, no soy la hija de una fortuna o de u

mentor en los negocios… Sí, querida Carla, mi mentor. Mi primer empleador también… y mi primer enemig

mo d

ha dejado, ¿no es así? Claro. Dijiste, “me caso con el mayor accionista, recupero las tierras, las pongo a v

volviendo loco allí mismo, frente a sus narices. Debía defenderse, quería hacerl

por haber cambiado mi apellido solo un poco, pero no voy a permitir que me hable de es

er tu marido a cambio de la obtención de una empresa que heredé ni siquiera de qué manera o por qué, cuando Fred y yo nos

bre no es

diciendo a

persona. —Max se quedó quieto, atento a sus palabras—. Ayer me he enterado de su muerte de la forma más extraña

, pero ella lo queb

¡Nada! Nos dejó a mi madre y a mí desamparadas por una mujer, por la misma mujer que creó una fundación que ahora… que ahora debo dirigir porque si no lo hago, yo… si no

n solo músculo

lor de los recuerdos, el peso de lo in

tengo nada ni a nadie que pueda asesorarme, porque no deseo aceptar esta farsa

las puertas de salida, dej

do de hablar —lad

aló, estresada y dolida—. Tenga por seguro que si no puedo renunciar a esa absurda herencia, será toda suya. No dirigiré la fundación de la muje

día tétrico para Carla, pero lo que nadie sabía era que antes, semanas antes, in

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1 Capítulo 1 Día de la lectura del testamento2 Capítulo 2 Día de la lectura del testamendo I3 Capítulo 3 Día de la lectura del testamento III4 Capítulo 4 Dos semanas antes5 Capítulo 5 Un día antes6 Capítulo 6 Un día antes II7 Capítulo 7 Un día antes III8 Capítulo 8 Un día antes IV y después de la lectura, el mismo día9 Capítulo 9 Glint10 Capítulo 10 Dudas11 Capítulo 11 Carla y Max bajo la lluvia12 Capítulo 12 Enviado a cuidarla - vigilarla 13 Capítulo 13 Seda 14 Capítulo 14 Ilusión15 Capítulo 15 El consejo de Lenis16 Capítulo 16 La visita de la paz17 Capítulo 17 Control, liderazgo y osadía Bastidas18 Capítulo 18 Glint II19 Capítulo 19 El día de la boda20 Capítulo 20 El día de la boda II21 Capítulo 21 El día de la boda III22 Capítulo 22 Casados23 Capítulo 23 Las cosas que no le gustan a Max24 Capítulo 24 La hija de Davison25 Capítulo 25 Antiguo hogar26 Capítulo 26 Revelando el secreto27 Capítulo 27 Bocas grandes, poco28 Capítulo 28 Se fue29 Capítulo 29 Lo has despedido30 Capítulo 30 Siempre me entero de todo31 Capítulo 31 Camaleón32 Capítulo 32 Cada vez que te provoque33 Capítulo 33 Confiando en él34 Capítulo 34 El primo35 Capítulo 35 Dolor36 Capítulo 36 La junta37 Capítulo 37 Fingir que hay amor38 Capítulo 38 Un terrible anuncio39 Capítulo 39 Brandon Hial40 Capítulo 40 A distancia41 Capítulo 41 Sospechoso42 Capítulo 42 Museo43 Capítulo 43 No es una farsa44 Capítulo 44 Sola45 Capítulo 45 Discusión46 Capítulo 46 Cuéntame47 Capítulo 47 Testigo48 Capítulo 48 Un trabajo para Claudia49 Capítulo 49 Brandon y Max50 Capítulo 50 Brandon y Max II51 Capítulo 51 Claudia52 Capítulo 52 Sospechosa53 Capítulo 53 Sospechosa II54 Capítulo 54 Creo conocerlo55 Capítulo 55 Nervios56 Capítulo 56 Malas noticias para Daniel57 Capítulo 57 Valentía58 Capítulo 58 Claudia y Benjamín59 Capítulo 59 Conversación60 Capítulo 60 Detrás de la puerta61 Capítulo 61 Claudia y Max62 Capítulo 62 ¿Quién es ella 63 Capítulo 63 Deseo64 Capítulo 64 Mía65 Capítulo 65 Quiero que estés bien66 Capítulo 66 George J. Miller67 Capítulo 67 Planes68 Capítulo 68 Audiencia69 Capítulo 69 Audiencia II70 Capítulo 70 Juntos71 Capítulo 71 Pensar las cosas, querer decirlas72 Capítulo 72 Visita ines73 Capítulo 73 Claudia y Carla74 Capítulo 74 Claudia y Carla II75 Capítulo 75 Como polilla a la luz76 Capítulo 76 Nuevo integrante77 Capítulo 77 Cumpleaños78 Capítulo 78 HB, Mr. Boss79 Capítulo 79 Quince días antes80 Capítulo 80 Boreanaz81 Capítulo 81 Rarezas82 Capítulo 82 Yul83 Capítulo 83 Te guardaste ese secreto84 Capítulo 84 Mal presentimiento85 Capítulo 85 Carla y Boreanaz86 Capítulo 86 Luchando por vivir87 Capítulo 87 Final y datos extras