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ATADA AL ENEMIGO

Capítulo 4 Dos semanas antes

Palabras:2395    |    Actualizado en: 07/03/2024

es de la lectur

e filtraron por los ductos

iel clara, con rasgos levemente asiáticos, mezclados con sangre inglesa y descendencia

spa, a nadar en la pileta o hacer ejercicio, por lo que esa noche prefirió qued

la llave del grifo para así poder prestar atención, quedándose absolut

mismo suelo podía ser escuchado por cualquiera que estuviese a esas horas allí. Los quejidos femen

piel de gallin

lmente, mirando hacia ningún punto en específico, mientras seguía

nes, siendo su jefe uno de los empresarios más polémicos de toda la ciudad, solía cuidar mucho el entorno donde fuese vista, cuidaba mucho l

Maximiliano Bastidas, experimentó una muy mala racha empresarial de la cual ella, sin quererlo, se vio involucrada. Lo que menos quería Carla era abrir brechas innecesarias. Mucho menos, sumar tétricos números a la ecuación “tranquilidad”. Pero ahora, escuchando esos gemid

e acondicionado que en ese instante funcion

separaba una ducha de la otra. Comenzó a secar su cuerpo, mientras s

que iba. Cubrió su desnudez con el paño y miró hacia el techo de nuevo, mientras echaba su ca

antas rejillas de ventilación de los famosos ductos y

e mirar para arriba, sigilosamente, siguiendo e

baños. Lo hizo sin vestirse, solo usando la pequeña toalla bl

s, llegó al de los casill

ncio no solo reinaba dentro del tocador,

erda quedaba la salida, junto a la recepción,

se encont

raño», p

sible quedarse completamente sola en todo el edificio, alguien debía estar a

minó, tal vez la chica de la tarde no llegó

empo en la piscina, reconectándose con actividades que llevaba tiempo s

con áreas amplias y limpias que incluían una gran zona de máquina

ella a la recepción, los

divisó una puerta enchapada en gris

y ruido, y esos tétricos gemidos feme

or hora, bien apretado, su boca seca batallaba por el control d

por favor,

áll

—rogó de nuevo la voz femenina, fabricada p

que te

desmesurados y cubrió

na de la que jamás pensó ser

oblada, pero bien cortada, estaba teniendo sexo con una mujer

de los ductos de ventilación, era cierto, se hacía realidad ante su mi

chado de maquillaje y pegado al vidrio de la mesa. Su pantalón de deporte se arremolinaba en su

la detalló el ro

sta!», gritó de

ercató que la mujer ll

o malograda, descubrió a Dav

o cuenta y dio un

la víctima empezó a rogarle con su mirada que se fuera del gimnas

o miró a la izquier

», exhal

He

a una pared, arrugando la cara po

icas, cerrando la puerta con un fuerte estru

otas con las que llegó hasta allí, y echó a correr más hacia el interior del toca

ta de vidrio, pero la mi

n las manos, removiéndolo hacia delante y

e, retrocedió todo lo que pudo hasta escon

bolso hasta hallar su teléfono móvi

l servicio de emergencias, por favor, indique

nte, dándose cuenta que su persegui

el altavoz y metió su móvil d

visar una ventana al fondo de unos de los casi

cómo movería el locker sin que

e, ¿qué voy a hac

ando su bolso en el suelo junto a los zapatos para

a voz que no parecía suya. Carla pensó que se t

cio de las duchas primero, pasando de largo el área de lokers, fue arrastrando p

l darse cuenta que era de vidrios corredizos y daba a un callejón cubier

irando a un lado y otro, intentando respon

io. El frío del exterio

la oficina no es lo que parece —seguía dicie

riado, pero cons

edor de su desnudo cuerpo. La adrenalina corría

estabilizando sus sandalias de goma sobre un pequeño jardín entari

izquierda.

! ¡De

n parar, con la garganta seca, un gran nudo en el pecho, urgente, urgente, rápido, muy lejos, directo a buscar a

ta corroborar que

s allá de esa misma noche. Y las cosas emp

Su bolso se había quedado casi a los pie

reconocería esa voz juvenil y ronca a kilómetros de distan

io para inspeccionar, el sitio se encontraba totalmente vacío. Ni la mujer, ni el hombre se encontraban allí y por supuesto, a Carla o a

*

e la lectura d

brió lo

estallaría y su respir

ó los pies al suelo del lado derecho de s

a. Acababa de tener una pesadilla, la misma de h

gracias a ese terrible episodio acaecido en su gimnasio d

sabía qué hacer con esas imágenes en su cabeza. El ejecutor de aquel acto tan vil se dio cuenta de su presencia, vio su rostro, al igual que ella vio muy bien el de é

e su consulta con analgésicos para su malestar físico, pero para el emocional, el

resada, pero no podía contarle a mucha gente la verdade

jo, ya que hace tan solo un mes, tal vez un poco más, su año se vio truncado por un episodio laboral que se sumaba a

jos un tanto achinados, se miraba en el espejo del baño, completamente desnuda y

aunque genes lejanos, según lo que ella podía saber), conservaba curvas q

ible y así evitar una nueva falta laboral. Ya era jueves de nuevo, llevaba muchas faltas. Sin embargo,

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1 Capítulo 1 Día de la lectura del testamento2 Capítulo 2 Día de la lectura del testamendo I3 Capítulo 3 Día de la lectura del testamento III4 Capítulo 4 Dos semanas antes5 Capítulo 5 Un día antes6 Capítulo 6 Un día antes II7 Capítulo 7 Un día antes III8 Capítulo 8 Un día antes IV y después de la lectura, el mismo día9 Capítulo 9 Glint10 Capítulo 10 Dudas11 Capítulo 11 Carla y Max bajo la lluvia12 Capítulo 12 Enviado a cuidarla - vigilarla 13 Capítulo 13 Seda 14 Capítulo 14 Ilusión15 Capítulo 15 El consejo de Lenis16 Capítulo 16 La visita de la paz17 Capítulo 17 Control, liderazgo y osadía Bastidas18 Capítulo 18 Glint II19 Capítulo 19 El día de la boda20 Capítulo 20 El día de la boda II21 Capítulo 21 El día de la boda III22 Capítulo 22 Casados23 Capítulo 23 Las cosas que no le gustan a Max24 Capítulo 24 La hija de Davison25 Capítulo 25 Antiguo hogar26 Capítulo 26 Revelando el secreto27 Capítulo 27 Bocas grandes, poco28 Capítulo 28 Se fue29 Capítulo 29 Lo has despedido30 Capítulo 30 Siempre me entero de todo31 Capítulo 31 Camaleón32 Capítulo 32 Cada vez que te provoque33 Capítulo 33 Confiando en él34 Capítulo 34 El primo35 Capítulo 35 Dolor36 Capítulo 36 La junta37 Capítulo 37 Fingir que hay amor38 Capítulo 38 Un terrible anuncio39 Capítulo 39 Brandon Hial40 Capítulo 40 A distancia41 Capítulo 41 Sospechoso42 Capítulo 42 Museo43 Capítulo 43 No es una farsa44 Capítulo 44 Sola45 Capítulo 45 Discusión46 Capítulo 46 Cuéntame47 Capítulo 47 Testigo48 Capítulo 48 Un trabajo para Claudia49 Capítulo 49 Brandon y Max50 Capítulo 50 Brandon y Max II51 Capítulo 51 Claudia52 Capítulo 52 Sospechosa53 Capítulo 53 Sospechosa II54 Capítulo 54 Creo conocerlo55 Capítulo 55 Nervios56 Capítulo 56 Malas noticias para Daniel57 Capítulo 57 Valentía58 Capítulo 58 Claudia y Benjamín59 Capítulo 59 Conversación60 Capítulo 60 Detrás de la puerta61 Capítulo 61 Claudia y Max62 Capítulo 62 ¿Quién es ella 63 Capítulo 63 Deseo64 Capítulo 64 Mía65 Capítulo 65 Quiero que estés bien66 Capítulo 66 George J. Miller67 Capítulo 67 Planes68 Capítulo 68 Audiencia69 Capítulo 69 Audiencia II70 Capítulo 70 Juntos71 Capítulo 71 Pensar las cosas, querer decirlas72 Capítulo 72 Visita ines73 Capítulo 73 Claudia y Carla74 Capítulo 74 Claudia y Carla II75 Capítulo 75 Como polilla a la luz76 Capítulo 76 Nuevo integrante77 Capítulo 77 Cumpleaños78 Capítulo 78 HB, Mr. Boss79 Capítulo 79 Quince días antes80 Capítulo 80 Boreanaz81 Capítulo 81 Rarezas82 Capítulo 82 Yul83 Capítulo 83 Te guardaste ese secreto84 Capítulo 84 Mal presentimiento85 Capítulo 85 Carla y Boreanaz86 Capítulo 86 Luchando por vivir87 Capítulo 87 Final y datos extras