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DAMA DE COMPAÑIA

Capítulo 2 CAPITULO 1

Palabras:1379    |    Actualizado en: 25/02/2024

único que respondí agachando la mirada

reojo que miraba al hombre como

es que las personas juzgaran a lo

instante en que entré hace un mes

a de manchas y olía a pescado muerto. Ella me había tratado co

o fuese i

da me había sentido como una

esperando que así alguien finalmente se apiadara de mí y me adoptara

e hace

e los Johnson y me sacaría de allí con una patada voladora alejá

jer que se esforzaba en que mi pelo estuviese arreglado, siempre en una c

dí que no era bien rec

yo jamás me di cuenta no hasta que ella lo hizo notar. El hombre e

ía pensar sexualmente en una niña. Y lo peo

ra bastante alta para mi edad. Y eso a él parecía gustarle. Tanto así que su m

n color negro, tan intenso que

ía notado tan solo después de los 12 años, cuan

como: “ solo eres una destroza hogares” “de no ser por los 500 dólares que el Gobierno me da por ti, te aseguro q

uellas frases, no comprendía por qué

alvario con el ma

acogida o por unos padres adoptivos, ninguno llegó, tan solo tenía el recuerdo de hab

olamente querían a alguien que le ayudara con los quehaceres de la casa. En el instante en que les dije que yo no había sid

ón. He estado en los peores momentos y creo fervientemente q

cual miró la taza como si esta fuese l

a bolsita de té dentro del agua caliente. La azucarera estaba a un lado y un po

mantuviera despierta algo que me Subí es la adrenalina que me hic

a siempre tenía una mala respuesta que dar a los clientes. C

ose que podían hacer y deshacer en la cafetería y que no tendrían por lo menos una

señor Chong, creía mucho

egado a Cleveland 20 años atrás y había contraído matrimonio con una mu

agua. Agua

un té. — sin embargo, agarrándonos desprevenida a ambas. El hombre sostuvo la taza caliente y

nios le sucede?!

lo de la barra. — El hombre se paró de allí mientras yo me

agarró la caja de sorbetes y se la lanzó al

e en un intento de

, pero Tatiana sacudiendo la cabeza, les miró y sonrió como si nada hubiese pasado, como si hace apenas tres se

cafetería. Es aquello, había visto otras veces cuando Tatiana me daba los panes

én estaba entre un

ue me había ganado ese mismo día al t

spiro, me diri

rgo rato. Debía de estarle contando a su padr

piadosa que aguantaba, soportaba y dejaba que los demás le pisotea

anitaria, pero no

a mis palmas creando fricción la una con

armas tomar, ella era una persona que no se le q

golpear por personas que no tenían ningún control sobre mí, pero

sta hoy? — Escucho la voz de Tatiana y

é habla

s mayor de edad y puedes emanciparte. ¡Es

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